Fútbol

El hombre que nos hace sufrir

Columna

Ese hombre que tú ves ahí/ que parece tan galante

Tan atento y arrogante / lo conozco como a mí

Ese hombre que tú ves ahí/ es un necio engreído y caprichoso

Ese hombre que tú ves ahí/ que parece tan seguro/

de pisar bien por el mundo/solo sabe hacer sufrir

Palabras más, palabras menos, esta canción que fue un éxito de la interprete mexicana Lupita D’Alessio en la década de los 1980, le cae como anillo al dedo al actual entrenador de la selección mexicana de futbol.

José Manuel de la Torre siempre ha querido aparentar ser un hombre duro al que no le tiembla la mano para tomar decisiones difíciles.

El Chepo gusta de mostrarse ante las cámaras con un rostro adusto y serio para aparentar seguridad en sus palabras, en sus acciones, en sus argumentos.

Lejos de los reflectores y entre bambalinas, de la Torre no es el hombre tan congruente que nos quiere hacer creer que es.

La serie de dos partidos contra Costa Rica, correspondientes a la fase de grupos de la eliminatoria mundialista de la Concacaf, dejó en evidencia que al Chepo le faltan pantalones.

Para los duelos del 7 y el 11 de septiembre, el estratega del Tri, tenía que decidir entre Javier Chicharito Hernández y Oribe Peralta para ocupar el eje del ataque del conjunto azteca.

A de la Torre no le gusta jugar con dos centros delanteros, no es su sistema, nunca lo ha hecho, así que era de esperarse que tuviera que decantarse por uno de los dos artilleros.

El Chicharito ha perdido fuerza como integrante del Manchester United, su nivel de juego ha bajado y su cuota goleadora se ha desplomado.

Peralta es el centro delantero mexicano más eficiente del momento y fue pieza vital para que México ganara la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Londres.

La decisión era fácil: Chicharito a la banca y Oribe a jugar.

En lugar de eso, el Chepo decidió traicionar su filosofía futbolística y jugó los partidos ante los ticos con los dos delanteros.

De la Torre no tuvo el carácter, la personalidad, la fuerza para sentar al Chicharito.

Al técnico tricolor le dio miedo, y rechazó la posibilidad, de absorber la presión de mandar a la banca a un jugador, que como el Chicharito, se ha ganado el cariño de millones de mexicanos.

En lugar de sentar al delantero que juega en la Liga Inglesa, de la Torre dispuso que Marco Fabián de la Mora se quedara en el banquillo a pesar de ser el mejor y más completo jugador que existe en México.

El mediocampista de Chivas toca el balón a los huecos, hace circular la pelota, fabrica jugadas de peligro, lanza pases de 30 metros que caen en los botines de un compañero desmarcado, anota goles, en realidad es un gran futbolista.

Es inadmisible la postura de Chepo de darle la titularidad a un jugador que trabaja poco en Europa y sacrificar a uno que participa exitosamente en el balompié mexicano.

El Tri, sin Marco Fabián de la Mora, no caminó bien ante Costa Rica.

Es cierto, México ganó ambos encuentros, es cierto, el Chicharito marcó el gol de la diferencia en el segundo partido ante los ticos, pero también es cierto que México hubiera sido un mucho mejor equipo con Marco Fabián jugando de titular.

El hombre fuerte y seguro de sí mismo no existe más, Juan Manuel de la Torre, como dice la canción de Lupita D’Alessio, es un necio y caprichoso al que le gusta hacernos sufrir.

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Abraham Nudelstejer escribe para Enlace, el semanario en español del UT San Diego

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