"So promise me only one thing, would you? Just don't ever make me promises" – Incubus (Promises, promises )

En el transcurso de la semana estuve preguntándome sobre qué hacer la columna de este día. Considerando que mi área en la página es espectáculos, consideré

escribir sobre la actuación de Miley Cyrus en los VMA'S de la semana pasada; tocar los temas de la sexualidad y la doble moral de la sociedad en la que vivimos. Pensé también en comentar sobre las recientes declaraciones de Ricky Martin y el desprecio que manifestó hacia los homosexuales durante su juventud como un modo de rechazarse a su mismo.

Somos un espejo, pensé. "Eso que no puedes ni ver, en tu casa lo has de tener". Y entonces me llegó a la cabeza algo que voy a tratar de relacionar.

Creo que a nadie le gusta la gente mentirosa. Hay de niveles a niveles, claro está, pero solemos usar el adjetivo de "mentiroso" en un modo despectivo y descalificador: "esa persona es re mentirosa, no le creas nada". Considero que uno de los lazos más fuertes entre dos personas, es la confianza, entonces ¿Qué es más grave que mentir cuando eso implica atentar contra un valor tan preciado en las relaciones humanas? Sin embargo, todos mentimos, los psicólogos estiman que mentimos al menos 6 veces al día, y es tan común que ya ni nos damos cuenta de ello.

Según un artículo de LaNación.com.ar, Por qué mentimos: "Las mentiras tienen relación directa con la autoestima. Mentimos cuando nuestro ego se ve amenazado o cuando, a toda costa, queremos sacar provecho de una situación"

No es la única razón por la que mentimos, pero estamos de acuerdo en que mentir, visto desde esta perspectiva, funciona como un mecanismo de defensa pues detrás de cada mentira, hay un conflicto que queremos esconder. La mentira, paradójicamente, es usada para defendernos pero puede destruirnos.

Si mentimos sobre quienes somos, no solo acabamos con la confianza de los demás hacia nosotros, sino que en algún punto dejamos de saber cuál es nuestra verdadera esencia. Repítete mil veces algo hasta que te lo creas dicen... Qué fuerte, ¿no? Vivir algo falso (Aquí termina la referencia al caso de Ricky Martin)

Contrario a lo que parece, esta columna no trata sobre las mentiras, sino sobre las promesas. Creo que las promesas tienen un aura de bondad porque suelen estar llenas de buenas intenciones (al menos idealmente), pero que muchas veces no se toman con la seriedad y el compromiso que deberían, pues resulta tan fácil abrir la boca y decir algo para finalmente no hacerlo que termina convirtiéndose en una mentira. Y ya nadie cree en nadie ni en nada.

El miedo al matrimonio por ejemplo, ¿Cuáles son las raíces del terror a comprometerse? Ya nadie quiere hacerlo (yo sí, pero digo que no para "protegerme".

La palabra compromiso significa "con promesa", y para que se haga una promesa debe existir un acuerdo entre dos o más personas. Esta es la principal diferencia entre las metas y las promesas. La meta es algo que buscamos alcanzar, pero la promesa es un pacto de fe con alguien más y suele tener una fuerte carga emocional. Uno cree, otro cumple.

En el caso del miedo al matrimonio pasa algo chistoso.

La necesidad de estar en pareja es un comportamiento aprendido desde que somos bebés, ya que somos la única especie que necesita ser cuidada por sus padres durante la infancia. Somos naturalmente dependientes, vulnerables.

Los animales aprenden a cazar y satisfacer sus necesidades básicas desde los pocos meses. Pero nosotros no somos física ni psicológicamente capaces de hacer lo mismo hasta muchos años después.

Abandona a un bebé y morirá. Abandona a un cachorro y tendrá más probabilidades de sobrevivir. Nosotros necesitamos establecer un vínculo de pertenencia con alguien que nos aporte seguridad, esos son nuestros padres, posteriormente los amigos y finalmente la pareja.

Conforme crecemos, nos damos cuenta de que debemos aprender a establecer prioridades y organizar nuestra vida y aunque tenemos el deseo de estar con alguien, el compromiso puede parecer aterrador por que implica un gran cambio en el que es necesario entregarse para que funcione. Y volvemos a ser como un niño indefenso.

Es bueno sentir miedo, el miedo es una emoción necesaria para la supervivencia ya que funciona como un alerta para una amenaza real; psíquica, física o social, y así prevenir un evento peligroso.

La resistencia al compromiso no es más que miedo, pero ¿cómo disfrutar intensamente de algo si no depositamos en ello cada parte de nuestro ser? El que no arriesga, no gana.

Hacer una promesa, es como una aventura donde la motivación para emprender el viaje es el deseo de llegar a ese destino que ya conocemos. ¡Disfruta el recorrido!

No me voy a casar pronto, ni siquiera tengo pareja y mejores cosas ocupan mi mente en este instante. Pero ayer le hice una promesa a un amigo y la voy a cumplir. Ser autentico es ser congruente con lo que se hace, dice y piensa, por el contrario, la mentira es una incongruencia que nos detiene de vivir una vida genuina. Hoy los invito a recuperar el valor de las palabras, pues el lenguaje es activo y construye.

Josep Julián en su blog "La inteligencia de las emociones" escribió: "Uno de los actos lingüísticos más generativos es la capacidad de formular promesas porque crea un universo de posibilidades que no existía antes."

¿Qué universo quieres crear tú?

Elizabeth.rosales@sandiegored.com