El cabildeo y la presión directa a nuestros representantes puede que sea una manera más efectiva de hacer presión, como se ha demostrado últimamente. La presión en las redes sociales hacia el diputado Chris López y otros, han dejado claro que hasta la clase media está inconforme con la ley. Estas acciones civiles son más efectivas que simplemente marchar, pues un senador y diputado en México tiene poca experiencia realmente enfrentándose a la opinión pública, y el ciudadano tiene que crear un argumento en vez de gritar "¡NO!". Si no fuera por la campaña de Facebook de "República de Baja California" o "Despierta Baja California" es muy probable que ni la pequeña marcha que sí se llevo a cabo en contra de la homologación hubiera existido.

A pesar de su excelente cabildeo, el sector empresarial de la frontera aún no ha podido deshacerse del la homologación en la propuesta de ley, pero el que no funcione esta vez no quiere decir que nunca funcionará, o que las marchas sean la única forma de llevar a cabo el cambio.

En Estados Unidos, el partido Republicano ha caído en la opinión pública después de su completa e innecesaria oposición total a todo lo que sea de Obama o los Demócratas, así el público estadounidense determinó que ellos no están realmente interesados en gobernar, sino en simplemente oponerse a todo—ya sea debido a alguna ideología o interés político— y no de ser una oposición interesada en buscar soluciones a los problemas del país.

Igual, es por eso que la izquierda falla constantemente en el México contemporáneo, siempre en la eterna mentalidad de "en contra de" y "a favor de". Siempre estar en oposición solamente te llevará hasta cierto punto, porque tarde o temprano el pueblo te pedirá "muy bien, entonces, ¿qué propones?"

Ante esta pregunta, la columnista Dora Elena y el sin fin de críticos no tienen una respuesta, porque eso no era el objetivo de sus quejas. El objetivo de sus quejas era una de frustración que responde más a la preguntas de "¿por qué ellos sí pudieron, y yo no?"

Se debe de destacar también el hecho de que, en el caso del Zombie Walk, la marcha era el objetivo, no el medio para otro, a diferencia de la marcha contra la homologación del IVA en la frontera. Muchas personas deciden participar en el proceso cívico de otras formas.

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