Han existido dietas para bajar de peso como han existido modas. ¿Quién no recuerda haber hecho una dieta milagrosa? La de la sopa de repollo, la de la luna llena, la de la papaya, la de los licuados mágicos, la del té más mágico, la de las pastillas de colores, la que prohíbe las grasas, la que prohíbe los carbohidratos. La lista es larga y no me alcanzaría el espacio.

Las dietas y las modas parece que van de la mano, basta visitar una librería o navegar por Internet para apreciar la cantidad de libros que hay con la solución que tanto has buscado para bajar esos necios kilos demás. No decir de los productos mágicos que anuncian a altas horas de la noche por televisión; como calzado para hacer deporte con funciones especiales o extraños aparatos de ejercicio que al cabo de un tiempo breve transforman tu cuerpo en el de un modelo.

La información que los expertos difunden también ha sufrido cambios. ¿Cuántos de nosotros fuimos víctimas de la era del "fat free"? Aquél tiempo lejano en el que pensábamos que mientras una comida no tuviera grasa podíamos comerla hasta el hartazgo sin engordar; al diablo con las azúcares, los carbohidratos y las calorías , esas no importaban.

Y ahora estamos aquí, en este punto en el que la obesidad y el sobrepeso se han convertido en la primera pandemia no contagiosa de la historia de la humanidad. Nos horroriza el ébola, pero se nos olvida que 80 mil mexicanos mueren al año por efectos relacionados con la diabetes mellitus. 234,051 norteamericanos murieron por las mismas razones durante 2010.

Con los niveles de obesidad y sobrepeso tan altos que tenemos, no nos debe sorprender que la industria de las dietas y productos relacionados sea enorme. Nada más en los Estados Unidos, la industria dietética obtuvo utilidades por 20 billones de dólares (20 mil millones) durante 2012. ¿Cuál ha sido el resultado de tanta inversión? Realmente el resultado se desconoce, pero las estadísticas indican que los índices de obesidad no ceden, por el contrario, siguen aumentando o en el mejor de los casos se mantienen.

¿Cómo hacer sentido de todo esto? ¿Cómo mantener a nuestra familia al margen de estas estadísticas? ¿Cómo encontrar algo que funcione? Lo primero que hay que hacer es analizar de manera concienzuda nuestro estilo de vida. No es fácil, puede ser muy desgastante a nivel emocional, pero ser auto sincero es el primer paso.

El segundo paso es eliminar la culpa. La realidad del mundo actual tiene igual o mayor responsabilidad sobre nuestra condición actual de sobrepeso que nuestras decisiones personales. Estamos rodeados de comida hipercalórica, barata, altamente azucarada y considerada adictiva por algunos expertos. En el momento en el que reconocemos esto, la culpa se aligera y resulta más fácil tomar mejores decisiones personales.

Es esencial llevar una alimentación basada en comida integral, fresca y natural; en la que tomes más agua que cualquier otra bebida, en la que tu consumo de comida industrializada sea mínimo y tu ingesta de carbohidratos simples sea moderada. También debes comer más verduras y frutas, y cantidades adecuadas de proteína. Si esto además lo acompañas de un estilo de vida activo con relaciones interpersonales sanas, no sólo llegarás a tu peso ideal, lo podrás mantener de por vida. Olvídate de las modas, la respuesta está en ti.

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*La autora es comunicóloga y presidente fundador de Sana México A.C. . Cuenta con estudios en Nutrición Culinaria por la Culinary Art School de Tijuana y una certificación en Health Coaching por el Institute for Integrative Nutrition. Sus consejos para un estilo de vida saludable están en Facebook.com/vivebalanceada

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