Tijuana

No al cambio de nombre de la Casa de la Cultura de Tijuana

Razones por las que no se debe realizar este cambio.

Razones por las cuales no debe añadirse el nombre de Guadalupe Quirarte a la Casa de Cultura de Tijuana. Y muchas razones más que están en la historia, hechos reales que a su tiempo lo sabrán.

1. La denominación desde su origen fue un concepto integral, contundente, asumido históricamente y manejado por la ciudad entera. La materialización de este objetivo era la respuesta a la necesidad de un edificio oficial que le diera asiento y lugar a la formación artística, donde el fundador fue Jorge Ezma Basan y no Guadalupe Quirarte.

2. Guadalupe Quirarte solo estaba ligada al Seminario de Cultura Mexicana corresponsalía Tijuana y a la Dirección de Acción Cívica y Cultural. No a la actividad profesional, es decir, a la creación, como lo hizo El Centro Cultural Popular, que era la asociación de personas más independientes y dinámicas.

3. La Casa de la Cultura de Tijuana fue creada con el fin exclusivo para la formación artística y cultural de la comunidad en general, y no para ser el recinto de Club de amigos del Seminario de Cultura Mexicana.

4. Guadalupe Quirarte no tiene méritos personales en el campo intelectual, ella se dedicaba a la declamación, es la figura que representa al grupo que oculta sus intenciones de seguir dominando la cultura de Tijuana.

5. Es una falta de respeto añadir un nombre a la casa de cultura de la gente, precisamente el que no tenga nombre es lo que nos hace sentir que es de todos, porque no es un sitio de veneración a la persona.

6. El Seminario de Cultura Mexicana tiene entre sus obligaciones promover la cultura nacional y no dividir a la sociedad con actos de adoración a su presidenta vitalicia.

Alcalde Jorge Astiazarán y honorables miembros del Cabildo no manchen los últimos días de su administración avalando tal despropósito.

7. Cuál es la razón que después de muchas décadas en Tijuana el Seminario de Cultura Mexicana no ha construido su propio sitio de reunión, fuera de la Casa de Cultura de Tijuana, si quieren galardonar a alguien por su ayuda a nuestra ciudad es perfecto, en un recinto nuevo.

8. No es necesario distinguir con nuevos términos La Casa de la Cultura de Tijuana. El agregar un nombre solo crea confusión, y no deja claro la razón de creación de dicha institución, cuando desde su origen es clara y profunda. Añadirle un nombre a la Casa de Cultura de Tijuana no es sumar, es quitarle historia, respeto e importancia.

9. Es evidente y claro que el elemental principio de justicia es no ser juez y parte, como lo hace El Seminario de Cultura por medio de Jaime Chaidez Bonilla, quien avala dicha propuesta y la sostiene en sus publicaciones con tal alevosía que tal vez el Sr. Eligio Valencia Roque y la comunidad en general no se han dado cuenta de la violación al principio fundamental del periodismo de ser siempre imparcial.

10. Una ciudad que no valora, cuida y fortalece sus instituciones seguramente sufrirá diferentes desarreglos que complicaran el desarrollo armonioso de la misma. (Definición ABC).

11. Es obligada una revisión a detalle de quien es verdaderamente Guadalupe Quirarte, luego de la rapacidad con que destruye y empequeñece la obra de los que no son sus favorecidos. Ha dificultado grandemente el trabajo de los mejores artistas de Tijuana, con tal de privilegiar la producción de los mediocres que la acompañan en el Seminario de Cultura Mexicana, Corresponsalía Tijuana.

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