Por mucho tiempo se creyó que el corazón de este mamífero marino era tan grande como un Volkswagen Beetle y que algunos humanos podían gatear por su aorta (como se establece en las instalaciones de los museos). Sin embargo, investigadores del Royal Ontario Museum lograron extraer el corazón del cadáver varado de una ballena azul en las costas de Canadá y preservarlo por primera vez en la historia.
Los científicos retiraron el órgano de 180 kilos y lo sumergieron en 200 litros de formaldehído. Después lo descongelaron, limpiaron, alistaron sus vasos sanguíneos y lo inflaron con líquido para recuperar su forma. Después de esta preparación se puede distinguir claramente que las estadísticas anteriores eran un poco aparatosas.
Vía Nerdist
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