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Reseña: Lo que hay detrás del terror de Lights Out

Un gran análisis sobre la metáfora de la película.

Antes de iniciar esta crítica de Lights Out, debo aclarar que no soy un experto en enfermedades mentales ni me considero uno, pero hubo ciertos elementos de la cinta que me parecieron relevantes para entender la metáfora del "monstruo" de la misma. Esto es completamente subjetivo y puede que estén de acuerdo conmigo o no, pero es lo bonito del internet, la diferencia de opiniones e interpretaciones de distintos. Pero sobre todo, quiero que sepan que si no han visto la película, en este texto hay una gran cantidad de spoilers. Básicamente: les voy a contar el final.

Dirigida por David F. Sandberg y producida por James Wan, honestamente, es una de esas cintas que puede encantarte o puedes odiar. ¿A qué me refiero con esto? Pues a que cuenta con una idea muy buena pero no es nada sutil a la hora de ejecutarla, además de que utiliza elementos clásicos del género de manera efectiva, pero tampoco es algo completamente nuevo. Dejando eso de lado, lo que resalta de esta cinta es la metáfora detrás de ella, cosa que se hace evidente en su final.

En años recientes, producciones menores en el cine de género se han destacado por el buen uso de las metáforas dentro de su narrativa. Películas como The Babadook, It Follows y recientemente la magnífica película de Robert Eggers, The Witch, han sabido utilizar este recurso para comunicar algo mucho más complejo que lo que vemos en pantalla. Lights Out es mucho menos sutil al respecto, pero no por ello el trabajo es menos valioso.

[p]Vamos por partes. De entrada un monstruo que no puede atacarte si te encuentras en la luz es un concepto genial para una cinta de terror y el director de la cinta se aprovecha de esto para jugar con la audiencia y asustarla. Es evidente que es una película con poco presupuesto (un reparto pequeño, 3 locaciones, pocos efectos), pero el hecho de que pueda transformar cada uno de esos espacios en un lugar terrorífico con solo prender y apagar la luz le da un valor agregado. Todos estos elementos juegan a favor de Diana, el monstruo de esta cinta, la cual es usada efectivamente como una metáfora para un trastorno mental de manera muy efectiva (pero nada sutil).

Diana es un ente maligno que ha acosado a una familia en distintas generaciones, y es la manera en que el guionista de la cinta explora el miedo de los padres con algún trastorno mental tienen sobre heredar dichas enfermedades a sus hijos. Hay tantas cosas en esta película sobre síntomas de depresión, desde la matriarca de la familia (Maria Bello) encerrándose sola en su habitación porque no está segura si puede pasar tiempo con sus hijos, a la forma en que su hija Becca (Teresa Palmer) pasa sus dedos por las cicatrices que tiene en sus brazos, que si bien podrían ser causadas por Diana, también existe la posibilidad de que sean de heridas auto infligidas.

Un gran acierto de la cinta es no contarnos todo sobre sus personajes, ya que nos ayuda a llenar esos espacios nosotros mismos, y mientras avanza la cinta, es más evidente que Diana es una metáfora de una depresión clínica. No por algo Diana desaparece cuando Sophie, la madre, toma anti depresivos y después nos revelan que conoció a este ser maligno cuando de niña fue internada en un hospital mental porque sus padres no supieron cómo lidiar con su condición mental. Aquí hay espacio para discutir la manera en que las personas con problemas mentales son excluidas de la sociedad y apartadas de ella.

[p]El personaje de Diana pudo haber sido mucho más sutil, ya que si la cinta comete un error es explicar de más a un monstruo que funcionaba por si mismo como una metáfora. Es ahí donde se pierde la sutileza, pero al final llega la parte de confirma muchas de mis teorías sobre lo que Diana representa. Lo que sigue es el spoiler más grande de la película. Si no la han visto absténganse de leer.

Rumbo al tercer acto de la película se revela que la única conexión a este mundo es Sophie, quien concluye que si ella no está viva, entonces Diana no puede lastimar a sus hijos. Después de disparar varias veces contra Diana, Sophie decide usar el arma en si misma. Diana deja de existir, la familia está a salvo y todos felices y contentos (más o menos). Esto, de acuerdo a la opinión de algunos críticos, es algo que hecha a perder el buen trabajo que hicieron al crear dicha metáfora, ya que nos da a entender que el suicidio es la única manera de curar la depresión, y si, en una lectura literal de la cinta tienen razón. Pero visto desde otra perspectiva, también puede ser un comentario sobre algunas personas que padecen de depresión toman esa salida, dejando atrás a una familia que sufre por su pérdida (¿algo que tal vez veamos en la secuela?). De alguna manera también funciona como un discurso que no es apología pero sí uno que intenta entender las razones por las cuales alguien tomaría esa decisión.

La manera por la cual me parece relevante es que desestigmatiza la discusión alrededor del suicidio, el cual es un tema complicado pero importante de abordar, y por ende, las enfermedades mentales. Ambos son temas que se consideran políticamente incorrecto hablar en nuestra sociedad, y tristemente siguen siendo una problemática en ella. Como mencioné anteriormente, la película no es sutil al hacerlo, pero abre una conversación interesante y creo que ese es el mérito que tiene dentro del género.

¿Ustedes qué opinan al respecto? ¿Les gustó la película? ¿Concuerdan conmigo o piensan que viajé demasiado por los sustos de la cinta?

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