Música

La noche en que Kiss se entregó a Tijuana

Un espectáculo de primer mundo de una legendaria banda del rock que quedará escrita en la historia de la ciudad

La esencia del rock y metal se manifestaron la noche del sábado en Tijuana con la presentación de la legendaria banda Kiss. Un espectáculo de primer mundo, digno de los mejores recintos, en donde esta ocasión le tocó a la ciudad de Tijuana.

El gran telón que cubría el escenario del estadio Gasmart cayó para abrir paso a los extravagantes personajes, figuras de culto popular. Entallados en sus trajes de cuero, con altas plataformas, brillantes accesorios y sus rostros cubiertos de maquillaje, un distintivo que los han identificado dentro de su larga carrera musical.

Y junto con la agrupación, una escurridiza lluvia se hizo presente, como en señal de aquel llamado de rock que la banda prometió desde hace meses cuando anunció su visita a Tijuana.

Miles de asistentes, fanáticos de corazón, donde el lapso generacional no existía; por igual estaban niños personificados de los miembros de la banda, jóvenes y los seguidores de los inicios, entre ropa negra, chaquetas de cuero, y al igual que los artistas, rostros plasmados de maquillaje.

No hubo necesidad de atrapar al público, ya que desde su presencia en el escenario, los asistentes quedaron rendidos con las clásicas melodías, pero la agrupación se encargó de sorprender en cada momento. Entre fuegos pirotécnicos, llamaradas de fuego, un gran juego de luces, mantenían perplejos a los presentes.

Kiss no se limitó, el vocalista lo dejó claro, "Esta noche es la noche", en cuyas interacciones con los asistentes intentaba hablar en español, mostrando por qué México se ha convertido en uno de los lugares especiales para la agrupación.

Y dentro del show, Kiss voló. Despliegues de escenografía que le permitieron a los integrantes desplazarse, ascendiendo entre el escenario o sobre volando a los asistentes con la ayuda de arneses.

Gene Simmons, quien mostró su alargada lengua, Paul Stanley, Erick Singer y Tommy Thayer, los miembros de Kiss, simplemente no tuvieron piedad con los tijuanenses. Lo dejaron todo en el escenario.

La euforia de Paul Stanley se reflejó cuando realizó su famoso rito, estrellando una guitarra en el escenario ante los gritos de la multitud.

Y broche de oro llegó, después de deleitar con su gran repertorio, la banda cantó uno de sus temas consagrados "I Was Made for Loving you", seguida de lo que podría llamarse un himno, "Rock And Roll All Nite" entre pequeños pedazos de papel que envolvieron el escenario junto con los destellos de fuegos artificiales.

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