Ayer por la mañana, Bosco Sodi, un artista mexicano que vive en Nueva York, levantó un muro con 1,600 ladrillos rojos que fueron horneados por alfareros en Oaxaca, con el fin de ser destruido después de su instalación.

Sodi se instaló en el Parque Washington Square para empezar a construir ladrillo tras ladrillo la pared que derrumbaría horas después.

Muro es el nombre de la efímera obra del mexicano, a quien se le ocurrió esta breve instalación cuando Donald Trump se propuso a construir un muro en la frontera del norte de México.

Al ser él, y los artesanos que colaboraron en la elaboración del ladrillo, trabajadores migrantes demuestran que con esta instalación cualquier muro, ya sea mental, político, psicológico o físico se puede derrumbar cuando la gente se une.

La pared midió 8x2 metros y fue derrumbada por los transeúntes quienes quitaban los ladrillos en apoyo a la idea de Sodi.

Información de The New York Times.

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nelly.gonzalez@sandiegored.com