No pasó mucho tiempo antes de que Lisa Mosconi, directora asociada de la Clínica de Prevención del Alzheimer en el Colegio Médico Weill Cornell en la ciudad de Nueva York, concluyera que los estadounidenses, con sus afinidades por los cafés, Frappuccinos, gaseosas, jugos y alcohol, básicamente están viviendo en un estado de deshidratación, el cual puede ser devastador para el cerebro.

Alrededor del 40% de los estadounidenses, descubrió, beben menos de cuatro vasos de agua al día, incluido el 7% que no beben agua en absoluto.

"Esto es increíblemente peligroso," menciona en una entrevista telefónica. "El razonamiento es, 'yo bebo leche, jugo, eso es agua ¿verdad?'... No, no es."

En el cerebro, que es un 80% de agua, incluso una deshidratación muy leve -una disminución del 3% al 4% del agua- puede causar problemas neurológicos, dijo Mosconi. "Fatiga, confusión mental, dolores de cabeza, cambios de humor." Más preocupante, puede contribuir a problemas cerebrales graves.

"No hay estudios que analicen específicamente el consumo de agua y el Alzheimer," continúa... "Pero se han observado los cerebros de personas que no beben agua, y muestran que muchas partes del cerebro se vuelven más delgadas y pierden volumen con el tiempo. Si no bebes agua, parece que tu cerebro está envejeciendo más rápido."

Al final, comparado con, por ejemplo, agua destilada o agua purificada, el agua del grifo generalmente contiene minerales que el cerebro necesita para mantenerse hidratado. Mientras los distritos de agua dejen de filtrar sustancias nocivas como el asbesto, el plomo y el benceno, el agua del grifo es mejor para el cerebro que el agua despojada de todas las sustancias.

"Las aguas purificadas y destiladas son solo fluidos", dijo Mosconi. "No hay nada hidratante allí."

Vía L.A. Times