Estudiantes buscan con sus historias personales convencer a los políticos

Los estudiantes indocumentados ha puesto en marcha una campaña para explicar sus historias personales con objeto de sensibilizar y convencer a los políticos de la necesidad de aprobar el proyecto de ley del Dream Act.

Tucson (Arizona), 24 nov (EFE).- Los estudiantes indocumentados ha puesto en marcha una campaña para explicar sus historias personales con objeto de sensibilizar y convencer a los políticos de la necesidad de aprobar el proyecto de ley del Dream Act.


Las historias personales son, según los estudiantes, la mejor forma de que los legisladores entiendan el problema de miles de indocumentados que se encuentran ante el temor de ser expulsados del país en cualquier momento.


"El Dream Act abrirá las puertas para que miles de jóvenes puedan continuar con sus estudios y comiencen una vida nueva sirviendo al único país que han conocido", dijo a Efe, José Carlos Girón, de 19 años de edad y estudiante del Colegio Comunitario Pima (Arizona).


Girón fue uno más de la docena de jóvenes "soñadores" que el martes acudieron a la oficina del senador John McCain (R-Az) para pedir su apoyo a la aprobación del Dream Act.


En caso de aprobarse el Dream Act abriría el camino a obtener la residencia legal de miles de estudiantes indocumentados que llegaron a este país antes de cumplir los 16 años de edad.


"Llegué a los Estados Unidos cuando tenía solamente 10 años, he vivido en Tucson la mitad de mi vida", afirmó Girón, inmigrante mexicano estudiante de enfermería.


Añadió que su sueño es terminar sus estudios, trabajar en su profesión, ayudar a las personas, casarse y tener su propia familia en Estados Unidos.


En su opinión la comunidad hispana debe unirse más para luchar por obtener los cambios que quieren como es la aprobación de una reforma migratoria.


Los votantes en Arizona aprobaron en 2006 una ley estatal que obliga a los estudiantes indocumentados a pagar la matrícula como estudiantes extranjeros en colegios y universidades públicas del estado.


Lo que significa que estudiantes como Angela Acosta, de 22 años, tendrían que pagar alrededor de 15.000 dólares por semestre para poder terminar una carrera profesional.


"Estados Unidos es mi país, aunque nací en México, yo sabría que hacer haya, pienso que no le estamos haciendo daño a nadie con pedir una oportunidad para nosotros", dijo Acosta a Efe quien es madre de tres niños.


En su opinión, mucha gente que critica a los inmigrantes indocumentados, desconoce cómo funciona el sistema ya que es prácticamente imposible establecer una residencia legal en este país si tus padres o cónyuge no es ciudadano estadounidense.


Acosta, quien llegó a EEUU cuando tenía cinco años, dijo que entre los jóvenes estudiantes indocumentados existe actualmente un fuerte sentimiento de frustración, ya que sin el Dream Act las probabilidades serán mínimas, una vez que el Partido Republicano controle la Cámara de Representantes a partir de enero.


"No entiendo por qué no puedo ser igual que el resto de los demás estudiantes," se preguntó José Sánchez, de 14 años.


Sánchez llegó a Estados Unidos cuando tenía cuatro años, después de que sus padres se divorciaron en su estado natal de Sonora (México) y ha vivido en carne propia la deportación de uno de sus familiares.


"En Arizona hay mucho racismo, personas ignorantes que apoyan propuestas como la ley estatal SB1070", dijo Sánchez, tras expresar su preocupación por el aumento del sentimiento antiinmigrante.


Otro ejemplo es el caso del estudiante peruano Shin Ma "Steve" Li, que se encuentra disfrutando de la compañía de sus padres y de sus amigos después de pasar cerca de dos meses detenido.


"Fueron momentos muy difíciles para mi, estaba encerrado junto con otras 64 personas en una sola celda, y solo se nos permitía salir una hora al patio a caminar", relato a Efe, Li, quien fue puesto en libertad el pasado viernes tras una larga lucha y de enfrentar en varias ocasiones la posibilidad de ser deportado.


Li, de padres chinos llegó a Estados Unidos cuando tenía 11 años provenientes de Perú, país al que emigraron sus padres en la década de 1980 escapando de la persecución social y la ley nacional que permite solo un hijo por pareja en China.


El estudiante de enfermería, que reside en la ciudad de San Francisco en California, fue detenido el pasado 15 de septiembre en su propio hogar por agentes de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) junto con sus padres por desacatar una orden de deportación emitida en su contra en 2004.


"Para mí fue muy traumático, yo desconocía el estatus migratorio de la familia, mis padres no me habían querido decir nada para protegerme", dijo Li en una entrevista telefónica.


Agregó que durante todo el tiempo que estuvo detenido vivió con temor ser deportado a Perú.


"Fue muy triste saber que mis padres también estaban encerrados y que no podía tener ninguna comunicación con ellos", dijo el joven inmigrante quien habla un perfecto español.


Li, fue dejado en libertad gracias a una intensa campaña con la gestión de la senadora Dianne Feinstein (D-Ca) quien presentó una inciativa para detener la deportación de Li a Perú, un país donde el joven ya no cuenta con ningún familiar o amigo.


"Todavía corro el riesgo de ser deportado", señaló Li.

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