En el marco del Día de la Lucha Mundial contra la Mutilación Genital, el papa Francisco condenó tanto la explotación como las prácticas humillantes de la que son víctimas las mujeres y niñas del mundo.

Durante su discurso realizado en la Plaza de San Pedro, el pontífice señaló que cada año más de 3 millones de niñas son sometidas a esta práctica, misma que con frecuencia se lleva a cabo en condiciones muy peligrosas para la salud.

Asimismo, su santidad recalcó que como en muchas regiones del mundo, la integridad física y mental de las mujeres está expuesta constantemente a humillación y daño, por lo que llamó a la humanidad para unir esfuerzos e impedir la explotación y este tipo de prácticas, principalmente las que afectan al sector femenino.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) define a la mutilación genital como la alteración o herida a la genitalia femenina por razones no médicas, lo que es una violación a los derechos humanos, la salud y la integridad de niñas y mujeres.

Esta puede ocasionar dolor severo, hemorragias, infecciones, dificultades al peinar y varias repercusiones más en la salud psicológica, sexual y reproductiva.

La mutilación genital ocurre mayormente en unos 30 países en Africa y el Medio Orienfe, aunque también se ha detectado en otros lugares, incluso en comunidades migrantes.

Actualmente, cifras de la ONU señalan que existen 200 millones de niñas y mujeres que han logrado sobrevivir a esta práctica.

Finalmente, el papa declaró que el martes será un día de oración y reflexión para ayudar en la lucha contra el tráfico humano.

“Esta es una herida profunda, infligida por las vergonzosas ansias de intereses económicos, sin respeto a la persona humana (…) Hay tantas niñas — las vemos en las calles — que no son libres, que son esclavas de los traficantes que las mandan a trabajar y si no les entregan su dinero, los traficantes las golpean (…) Eso es algo que pasa en nuestras ciudades”, indicó el papa.

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