Montserrat Caballero Ramírez, alcaldesa de Tijuana, donó una ambulancia a la Cruz Roja Mexicana con el fin de apoyar en la reducción de demoras y motivar el rápido aumento a la respuesta de solicitudes de emergencia.

Acompañada del oficial mayor, Marcelo de Jesús Machain Servín, la primera edil destacó que con esta nueva unidad, modelo 2023, un mayor número de tijuanenses que necesiten del auxilio de la institución podrán recibir el apoyo sin distinción de ningún tipo y a la brevedad posible.

Siempre que sucede un desastre natural, un accidente o cuando hay algún herido, los ciudadanos llaman al 911 y saben que la Cruz Roja Mexicana va estar ahí siempre para ayudarlos pero, y a la Cruz Roja, ¿quién la ayuda?, subrayó la alcaldesa, por eso, ella cumplió con este compromiso hecho hace unos meses.

Agradeció al Presidente del Consejo de Cruz Roja Mexicana, Jorge Astiazarán Orcí, por el apoyo recibido con la atención de funcionarios en momentos de emergencia, así como de su pronta respuesta con todo ciudadano, al tiempo que entregó la llave a Ulises, un paramédico con 25 años en la institución.

“Es ahí donde como ciudadanos, como gobierno, extendemos nuestro apoyo y solidaridad con esta noble institución, es por ello que el propósito de esta donación sumará en la reducción de las demoras y en la respuesta de emergencia”, puntualizó la primera edil.

La alcaldesa de Tijuana reconoció el trabajo que realizan todos los miembros del Consejo en pro de la inclusión, para no dejar a nadie atrás, así como también, demostró el respeto y admiración a los socorristas y voluntarios por su invaluable labor.

Astiazarán Orcí, además de confirmar que Tijuana tiene la mejor Cruz Roja del país, agradeció el apoyo del XXlV Ayuntamiento que a través del pago de impuestos de los tijuanenses se compró la unidad para responder más rápido a la ciudadanía, anunció la instalación de una nueva base en la zona Este y solicitó a la población abrir el paso a las unidades cuando escuchen la sirena, porque de eso depende salvar la vida de muchos.

Los meses de diciembre, enero y febrero son conocidos principalmente por ser los más fríos del año al formar parte de la estación invernal, en la cual ocurre un fenómeno natural conocido como “inversión térmica”, que mantiene los contaminantes en el aire por más tiempo formando una especie de “domo” con mayor frecuencia durante los frentes fríos y las heladas en el medio ambiente.

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