Tijuana

En la frontera de Javier Sicilia

El poeta y activista presentó en Tijuana su libro "Estamos hasta la madre"

Tijuana.- "Hacer poesía se acabó con la muerte de mi hijo. Lo puede explicar sólo desde una perspectiva cristiana: Mi hijo era una palabra sagrada encarnada, cuando murió, me siento como en viernes Santo, cuando mataron a Cristo, me quedé en silencio, un silencio que guarda algo", dijo Javier Sicilia en Tijuana.

Pero esa omisión hacia su arte lo llevó a organizarse con la sociedad – luego de que su hijo, Juan Francisco, fuera hallado muerto el 28 de marzo en Cuernavaca junto a otras seis personas, con claros indicios de tortura – y crear el mayor movimiento de víctimas de la violencia en la historia reciente del país.

Sicilia, ganador del Premio de Poesía Aguascalientes 2009 (el más importante en México) por su obra "Tríptico del desierto", se convirtió en la voz del poeta que dejó de escribir para que las víctimas fueran escuchadas como nunca antes.

Las voces ciudadanas del movimiento denunciaban no sólo la impunidad de los criminales sino también de las autoridades que no procuran justicia a las víctimas pese a estar obligadas a ello.

A siete meses de empezar el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, que lo ha llevado a encabezar marchas inéditas en el país -aunque sin llegar aún al noroeste de México- y de incluso establecer un diálogo abierto con el presidente Felipe Calderón, Sicilia llegó a Tijuana la noche de ayer jueves.

Justo a una ciudad que ha sido sacudida tremendamente en los últimos cuatro años por la violencia ligada al narcotráfico y donde los damnificados por ésta siguen buscando a sus desaparecidos o clamando porque se investiguen los crímenes.

A Sicilia no lo trajo su movimiento sino la presentación de su libro "Estamos hasta la madre" (Editorial Planeta), un conjunto de artículos en prosa sobre democracia, narcotráfico, el gobierno de Calderón y la iglesia, que habían sido publicados por el revista Proceso entre 1994 a 2011, es decir, previo al levantamiento que encabeza.

El profesor universitario y poeta tijuanense Víctor Soto dijo durante la presentación de la obra que Sicilia "con su doloroso silencio nos hizo ver nuestro propio dolor". Mientras que el antropólogo y activista social Víctor Clark señaló que "Sicilia desnuda graves contradicciones en el país".

A menudo, además de cuestionar a políticos ha realizado preguntas en público a criminales, ¿Ha conseguido una respuesta de ellos? ¿Todavía cree que es posible dialogar con los criminales?, le preguntó SanDiegoRed durante una conferencia previa la presentación del libro en la Casa de la Cultura.

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"No, no ha habido respuesta de ellos. Su respuesta ha sido la violencia a lo largo de las marchas. Sobre todo en la caravana del Norte estuvimos acompañados, cada vez que llegamos a un lugar, de antecedentes graves de violencia.

"Tampoco hemos recibido ninguna propuesta de diálogos con ellos. Su respuesta ha sido la violencia, por desgracia, o el aumento de la violencia. En esas condiciones es muy difícil dialogar. Parece que el crimen organizado, las mafias, los cárteles de la droga, han perdido cualquier código moral. "Antiguamente, los códigos morales de las mafias en el mundo tenían ciertos elementos que no se tocaban; y uno de esos elementos que no se tocaban era la sociedad civil, las familias, pero eso ya no existe.

"En ese contexto… de estado de salvajismo, de demonismo, como el que estamos viviendo, ojalá hubiera un gramo de luz ética, mínima luz ética, para que pudieran abrirse y tener un diálogo que nos permitiera confrontarnos en el orden de las razones. No se ha dado, parece que ellos no entienden muchas cosas, por desgracia".

Y en ese contexto qué sigue para el movimiento.

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"El movimiento ha crecido mucho, aunque ya no está en los medios como al principio. Está en un momento de creciendo y dar una mejor estructura que permita poder seguir manteniendo su centro en las víctimas, seguir articulando su posición ética, de justicia, como lo dice el movimiento de paz y de dignidad.

"Ahorita hay un momento de reestructuración del movimiento, para que pueda tener una presencia más sólida dentro del área social y política del país".

Durante la conferencia, Sicilia mencionó a Jorge Hank Rhon como un ejemplo de lo que deben evitar todos los partidos políticos del país; pues todos, aseguró, tienen delincuentes cobijados por ellos y por el estado.

"Mientras no haya una conciencia, que no se puede aceptar delincuentes en los partidos, que haya un distanciamiento del crimen organizado por parte de los candidatos y los partidos… habrá el mensaje de 'se puede delinquir, nomás cuídense que tengan suficientes apoyos para que no caigan en la cárcel'. Por eso tenemos tanta impunidad, por eso tenemos un crimen organizado o desorganizado haciendo lo que está haciendo.

"Mientras no haya una postura de moral política por parte de los partidos, eso significa hacer los castigos ejemplares, que se aplique la ley, no, ningún candidato sirve ahora", dijo.

El poeta y activista explicó que el movimiento que encabeza no tiene preferencia por algún partido político.

Su propuesta ante las próximas elecciones presidenciales es que hubiera un gobierno de coalición, con una agenda de unidad nacional, y que aplicara castigos ejemplares para delincuentes que están dentro del estado o en los partidos.

"Los (pre) candidatos actuales creen que vivimos en un país de paz, no se han dado cuenta de la emergencia nacional y de la balcanización que vive el país por el crimen organizado; y como consecuencia serán las elecciones de la ignominia.

"Los mexicanos no debemos de preguntarnos por quién vamos a votar, por cuál candidato, sino por qué, por qué cártel vamos a votar. Esa es la ignominia", expuso.

Sicilia cree que sí hay algo distinto en el país después el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad; lo equipara con el movimiento zapatista, que después de aquel "¡Ya basta!" logró que todos los mexicanos visibilizaran a los indígenas.

En su caso, explicó, se ha logrado que la conciencia de esos 50 mil muertos, 10 mil desaparecidos y unos 120 mil desplazados en el país no se entierren, que el terrible dolor no sea una cifra más sino una herida abierta, con damnificados vivos que esperan justicia.

Porque uno de los errores más grandes del presidente Calderón, señaló, ha sido colocar un número a las víctimas de la guerra contra el narcotráfico; no investigar, no recoger sus historias.

"México es una nación que no tiene conciencia política, que la está construyendo y cada movimiento le permite aumentar esa conciencia política. Yo no creo que ningún movimiento haya fracasado, ha dado lo que tiene que dar. El zapatismo visibilizó a los indios y desde entonces el país es distinto. Nosotros hemos visibilizado a las víctimas de la impunidad y la desgarradura nacional y hay algo distinto en la conciencia de los ciudadanos.

"El problema es que todos somos responsables de esto: los ciudadanos por omisos y darles un cheque en blanco a los funcionarios; los servidores públicos porque con ese cheque en blanco han decidido que el estado es un botín para proteger intereses; los partidos porque han construido una partidocracia; los empresarios porque han sido omisos y porque siguen siendo omisos… Todos tenemos una responsabilidad.

"Mientras no tengamos una conciencia ciudadana ética – política, difícilmente vamos a aportar algo. Se está construyendo eso. Son momentos dolorosos, pero son momentos en que la conciencia ética emerge", dijo.

Por eso, agregó, es fundamental el diálogo en este contexto, justo en un país que no está acostumbrado a dialogar.

El movimiento Ocuppy, la Primavera Árabe y la marcha que él mismo encabeza, dijo, son ejemplos de tiempos donde todos tenemos que jugar un papel para cambiar los modelos políticos, sociales y económicos existentes, hacerlos más justos, más humanos, no dejar las esperanzas en un solo individuo.

omar.millan@sandiegored.com

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