Sir Alex Ferguson es un entrenador bastante conocido por no conceder ninguna facilidad a sus rivales y por vivir cada partido desde la banda como si fuera el último. Así que no es ninguna sorpresa que a pesar de que a mitad de semana enfrenta al Real Madrid en la vuelta de los octavos de final de la Liga de Campeones, el nacido en Glasgow hace 71 años no haya querido guardarse nada ante el modesto pero incómodo Norwich City.

En España, José Mourinho reservó ante el Barcelona a jugadores clave como Cristiano Ronaldo y Mesut Özil pensando en el viaje a Old Trafford. Ferguson, por otra parte, no quiso hacer ninguna concesión a sus rivales en la lucha por la Premier League. Wayne Rooney, Robin Van Persie, Nemanja Vidic y Antonio Valencia saltaron al últimamente maltratado césped del ‘Teatro de los sueños’ desde el inicio.

Para probar a los ‘Red devils’ estaba el Norwich City, un equipo modesto pero repleto de jugadores guerreros que pelean cada pelota. Incluso ‘The Canaries’ se dieron el lujo de derrotar al United en la primera ronda del campeonato con un golazo del irlandés Anthony Pilkington tras una gran asistencia del español Javier Garrido. Los primeros minutos transcurrieron como lo marcaba el guión previamente elaborado: un United que salía con todo buscando extender la distancia con el Manchester City, mientras al Norwich le tocaba aguantar y esperar un error de los locales para elaborar un contragolpe.

Antes de que llegara el final de la primera parte, un centro del ecuatoriano Antonio Valencia derivó en la pierna derecha de Tom Cleverley, que no pudo controlar de manera apropiada y dejó el balón a los pies del japonés Shinji Kagawa, que con un sutil toque de su diestra mandó el balón al fondo de la red para poner el 1-0. El propio Kagawa marcaría el segundo gol tras aprovechar una asistencia de Wayne Rooney luego de un contragolpe. Y a cuatro minutos del final, otra vez el japonés – de tarde memorable – marcaría su tercer gol de la tarde tras irse de dos defensores y picar la pelota ante la salida de John Ruddy. Wayne Rooney le pondría cifras definitivas al partido con un derechazo desde fuera del área que se clavó en todo el ángulo.

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