San Diego

Nancy, la tijuanense que secuestraba narcos

Dos cadenas perpétuas de sentencia

El ocho de junio del 2007 Eduardo González Tostado creyó que iba a llevarse a Nancy a la cama. Desde su adolescencia en Ensenada estaba acostumbrado a salirse con la suya: corredor de carreras off road, el jugador estrella de fútbol americano, hijo de un hombre pudiente que siempre costeó escuelas privadas y autos de lujos.

A sus 32 años ya era dueño de dos lotes de carros en Chula Vista, una empresa de logística y transporte y poseía un restaurante de mariscos en Tijuana- en el cual aceptaría años más tarde frente a un juez- se sentaban a escuchar la banda y comer aguachiles narcotraficantes del Cartel Arellano Felíx.

A Nancy una mujer que describiría como "atractiva" cabello negro y delgada, se la presentó un ex compañero de un gimnasio "24 hours" en San Diego. David Valencia otro mexicoamericano, con quien entablo una amistad por allá del 2004.

Sin embargo una pelea en un bar debido a que David era fanático a las drogas y el alcohol propició un distanciamiento por más de tres años; dice Eduardo que en ese entonces hasta le rompió le rompió una botella de Wisky en la cabeza.

Tres años después a través de uno de los trabajadores de Eduardo, David logró contactarlo nuevamente. Quería un vehículo Jaguar de 40 mil dólares "para regalárselo a su esposa" por eso le pidió que se vieran en un conocido café. Ahí vio por primera vez a Nancy una latina de unos 20 años y piel color chocolate; pero mucho, muy bella.

Unas cuantas llamadas por radio fueron suficientes para concertar una cita, a pesar de que Eduardo estaba casado con Ivette, a Eduardo lo enamoró Nancy.

Fue así que el ocho de junio por la mañana comenzaría la historia de un secuestro. El secuestro planeado por Nancy y un grupo criminal llamado los Palillos; quienes durante años se dedicaron a secuestrar a narcotraficantes mexicanos y sus hijos radicados en San Diego.

"Vamos a la cantina de los remedios a Tijuana, pero primero tengo que ir a la casa de mi tía a cambiarme, recoger mi pasaporte y dejar mi carro", Eduardo aceptó sin chistar aunque advirtió que regresaría por ella en unas horas pues necesitaba dejarle dinero para las hamburguesas a sus trabajadores. También pasó por una botella de coñac y un paquete de condones.

Horas más tarde al regresar y estacionarse afuera de la calle Eduardo recuerda que vio una camioneta que transitaba muy despacio y de forma sospechosa. Entonces llamó a Nancy para preguntar si esperaba a alguien.

La joven lo tranquilizó y lo invitó a pasar a su casa, pero lo peor apenas estaba por venir: "En cuanto cerró la puerta, un hombre que estaba detrás de la puerta escondido me empuja y pegó en la cabeza. Otra persona me agarró las piernas. Otros dos vinieron corriendo hacia mí y uno de ellos llevaba una pistola y vestían uniformes de policía, gorras negras y la cara tapada".

A Eduardo González lo dejaron inmovilizado recuerda ante la corte estatal de California "defequé y me oriné". Lo enteiparon y le pusieron una toalla en la cabeza; "ya te tenemos, ¿muy chingón no?".

El joven ensenadense duró secuestrado nueve noches, en una pequeña bodega detrás de las escaleras en el domicilio marcado con el número 1539 de la calle Point Dume en Chula Vista.

Eduardo González fue liberado y aunque actualmente es testigo protegido de Estados Unidos, en Baja California ha sido uno de los criminales más buscados al estar ligado con el Cartel de la droga que comanda la familia Arellano Félix.

Nancy lo sabía pero no era la primera vez que secuestraba a un narcotraficante. Según evidencias de la fiscalía estatal de California la joven desde los 20 años se involucró en el secuestro de integrantes del crimen organizado que se escondían legal e ilegalmente en California.

Uno de ellos fue Jorge García Velázquez reconocido en el mundo criminal como el cuñado de "Don Chuy Labra", quien por años se desempeñó como cerebro financiero de la organización Arellano.

A el hombre de 58 años lo sedujo en un gimnasio, lo llevó con engaños a su casa como a Eduardo González Tostado, para mantenerlo secuestrado durante más veinte días y cobrar un rescate de al menos 400 mil dólares. En esa entonces Nancy apenas alcanzaba los 19 años.

Para Nancy y la banda los Palillos no hubo complicaciones; el dinero de sus secuestrado generalmente era de procedencia ilícita por lo tanto no acudirían con las autoridades a denunciar.

A la joven la capturaron en el 13 de agosto del 2010 en Tijuana, en la colonia Buena Vista dicen las autoridades mexicanas que durante el día trabajaba en un despacho de abogados. Nancy la secuestradora de narcos es una de las mexicanas condenadas a dos cadenas perpetuas, sin la posibilidad de salir en libertad.

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