El reloj marca las seis treinta de la mañana y desde la línea internacional de San Ysidro reportan más de mil personas haciendo fila a pie. Enchamarrados, con café y periódico en mano miles de residentes norteamericanos esperan que la línea avance rápido para no llegar tarde al trabajo.

Y es que con el pasar de los años Tijuana se han convertido en una verdadera ciudad dormitorio para aquellos que trabajan en Estados Unidos, pero ante la crisis económica se vieron obligados a vivir en México.

Según el Colegio de la Frontera Norte- aunque es un fenómeno difícil de medir -estiman que diariamente cruzan a trabajar entre 50 mil y 70 mil personas "se les llama trabajadores transfronterizos" explica el investigador Alonso Meneses.

"Cobran en dólares y gozan de las bondades del precio de rentas y o casas aquí se puede comprar una casa por la mitad de precio que en San diego. Eso explica que algunos trabajadores digan 'quiero vivir en Tijuana y trabajar en san Diego'", dice.

Jonathan Mendoza cumplió apenas 23 años pero desde los 17 años se levanta a las 4 y treinta de la mañana; primero para llegar al colegio, ahora para trabajar. Cuenta que desde una noche antes se baña y deja preparada su ropa si no, el tiempo no alcanza.

Apresurado apaga la alarma del reloj en punto de las 4 y media "no me levanto el sueño es demasiado". Se cambia apresurado pues hay que estar a las cinco de la mañana en la parada del camión. "Una hora en taxi hasta la línea y como a las seis hay que estar parado".

Trabaja en una empresa que instala teléfonos en San Diego, pero vive en Tijuana con sus padres y hermanos. Confiesa que la renta en Estados Unidos tal vez podría pagarla si trabajará más horas, aun así el día no alcanzaría.

Don José trabaja en la construcción en Chula Vista, instala losetas. Desde hace 20 años cruza diariamente la garita internacional de San Ysidro. Tiene que estar a bordo de su pequeño pick up negro a las 3 de la mañana.

Dice que entra a trabajar a las seis de la mañana y aunque algunos días la línea avanza rápido es un "albur" y hay que jugársela: "Cuando cruzo a trabajar y la línea avanzo rápido me quedo en el estacionamiento de un centro comercial, puedo dormir un poquito".

El investigador del Colef, Alonso Meneses considera que el cruce a San Diego a veces puede ser una tragedia: desde el ataque a las torres gemelas y la remodelación de la garita los tiempos de espera pueden alcanzar las 4 horas.Sumado a que del lado mexicano las revisiones han provocado hasta tres horas para ingresar a Tijuana.

Jóvenes como Jonathan dicen que ya no saben si fue una bendición o una maldición nacer en Estados Unidos, ahora están destinados a cruzar diariamente durante toda la vida. "A menos que ganen más de 4 mil dólares mensuales así será", advierte el Doctor Meneses.

Laura.Sanchez@sandiegored.com