México

Ganó Madero ¿Y ahora qué?

Los asuntos pendientes de el PAN

La elección reciente por la dirigencia nacional se dio en medio de un ambiente inédito en la historia de Acción Nacional. División, encono, señalamientos de corrupción desde adentro, alejamiento de los ejes y causas fundamentales del PAN, carencia de propuestas claras, demagogia y la salida de militantes distinguidos por su capacidad y decencia son solo algunos de los elementos que dan contexto a la compleja historia actual del PAN. ¿Qué dirían a este respecto los grandes del PAN? Gómez Morin, González Luna, Clouthier, Castillo Peraza por mencionar solo algunos.

Sin duda una situación verdaderamente delicada. El no reconocerla sería tanto como auto engañarnos y pospone la recuperación de un partido que se encuentra en una encrucijada que definirá el papel que seguirá jugando, o no, en el futuro de México.

El grueso de la sociedad ha visto este proceso de elección interno con gran desinterés incluso hasta con enfado. Para muchos ciudadanos los partidos, su vida interna, su contacto con la gente, sus posturas y su actuar no solo son lejanos, sino en ocasiones atentan en contra del interés de gente.

Los otros partidos han visto como el PAN se ha metido, con particular ahínco en su propio laberinto; como a ratos ha perdido el rumbo, ha sido incongruente presentándose como un partido que pretende distinguirse de los demás pero que en ocasiones se ha vuelto precisamente como los demás. Los otros partidos no están exentos de lo suyo pero no han tenido que abrir mucho la boca pues parece que el mismo PAN es, hoy por hoy, su peor enemigo.

Las cifras de la elección son alentadores en el sentido que hubo una vigorosa participación y que el ganador obtuvo un margen amplio de victoria. En números redondos Gustavo Madero gana con el 60% de la votación en una elección donde participó el 75% de los que estaban en posibilidad de votar.

También es alentador que Ernesto Cordero no haya impugnado el proceso. Esto habría agregado un elemento adicional de complejidad con el potencial de aumentar la problemática interna del PAN.

Los ganadores, como es ya usual, proclaman la unidad a partir del resultado favorable y los perdedores proponen se les entreguen espacios de poder para que esa proclama de unidad se demuestre en los hechos. Sin embargo habrá que preguntarnos ¿qué es lo que se entiende por unidad? La unidad en torno a ideas, valores, programas y propuestas o la unidad en torno a personas y espacios de poder. Son dos muy distintas.

Los problemas del PAN no se resuelven huyendo de ellos. Ahora toca más que unidos ser generosos, ser autocríticos pero propositivos, reflexionar, corregir el rumbo, sumar, proponer, bajarle a la demagogia, reencontrarnos con la sociedad en los hechos y no solo en el discurso. Lo peor sería tapar el sol con un dedo. Donde se es gobierno hacer las cosas con capacidad y decencia y donde se es oposición ser responsables y constructivos.

Gustavo Madero ha recibido un mandato de facto de los panistas y esto significa una gran oportunidad para que demuestre de lo que está hecho; para hacer una limpia donde sea necesaria; para actuar con valentía y decisión y ser el líder que lleve al PAN al reencuentro con su esencia ciudadana. Toca ayudar y sumar pero no a ciegas sino con una ruta clara, sencilla y precisa.

No hay que poner la carreta frente al burro. El PAN no está para ganar elecciones por ganarlas. Está para servir. Si sirve bien podrá ganar y ganar muchas veces. Solo así tiene futuro el PAN y cualquier partido. Por ello debemos respondernos ¿que nos toca hacer a nosotros? Que los panistas sean parte de la renovación del PAN y que permita estar orgullosos no solo de su historia sino de su también de su futuro.

gastonluken@gmail.com

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