De inicio, la convocatoria del Consulado de México en Estados Unidos nos tomó por sorpresa.

La oficina diplomática lanzó un llamado a la comunidad local para que "presenten propuestas de mexicanos destacados por sus contribuciones al desarrollo de San Diego".

Se reconocerán a mexicanos de origen o de nacimiento sin importar su edad ni género e incluso a personas ya fallecidas que destacaron por sus contribuciones específicas al desarrollo de San Diego, por ser profesionales sobresalientes en sus campos de acción o por su valiosa participación en algún acto humanitario.

La iniciativa del Consulado no fija límites en cuanto al número de personas a ser propuestas ni tampoco en la cantidad a ser seleccionadas por un comité especial integrado por Roberto Cornejo, del Instituto Cultural Mexicano de San Diego; Daniel Alberto Pozos Garay, profesor del City College; y Mónica Kiy, colaboradora del Rady Children's Hospital.

La única restricción observada es la fecha del 31 de mayo como límite para presentar las propuestas que podrán ser enviadas por correo a las oficinas del Consulado o bien llenadas por la vía electrónica en el portal: mexicanosensandiego.org.

Por donde se le vea se trata de una iniciativa positiva y adecuada para destacar a los mexicanos que han puesto su grano de arena o en algunos casos su bloque de concreto a esta gran ciudad que a lo largo de su historia ha recibido enormes aportaciones de inmigrantes del vecino país.

No hay que olvidar que la región San Diego fue primero habitada por los indígenas Kumeyaay, luego fundada por los españoles como misión en 1769 y posteriormente formó parte del México independiente de 1821 al año 1850 cuando se integró a Norteamérica tras la guerra México-EU.

Esto nos dice que las contribuciones de mexicanos a esta ciudad datan de por lo menos 200 años cuando la cultura hispana sentó sus reales en California y en otras entidades del sur del país.

Pero no creemos que el Consulado de México pretenda revivir a tantos personajes del pasado sino concentrarse en las décadas recientes cuando hemos tenido en San Diego personajes de todas las tallas, colores, ideologías, profesiones y aptitudes, quienes nacieron o llegaron a esta noble zona costera que en muchas ocasiones ha sido hostil y complicada para los inmigrantes.

Si la convocatoria logra los resultados esperados, apoyada quizás en una mayor difusión y en una prórroga en el plazo para recibir las propuestas, no queremos imaginar el arduo trabajo que tendrán los jurados para seleccionar a los mexicanos que merezcan recibir tan honrosa distinción.

Algunos nombres que seguramente estarán entre los propuestos y que nos llegan de golpe a la mente son los siguientes:

El doctor Mario Molina, Premio Nobel de Química; el activista fallecido Roberto Martínez; el beisbolista ex Padre, Adrián González; la promotora social Andrea Skorepa; el pionero de la radio ya fallecido, Víctor Díaz Romo; y el empresario Aarón Feldman.

Desde luego serán considerados también el activista Enrique Morones, el publirrelacionista Jesse Navarro, el promotor deportivo Eliseo Papo Santos, el rescatista de migrantes Rafael Hernández, el defensor legal Christian Ramírez y el académico Jorge Bustamante.

Es posible que también sean considerados algunos méxicoamericanos como el senador Juan Vargas, el legislador Ben Hueso, el escritor Rubén Navarrete además de infinidad de maestros, académicos, deportistas, promotores culturales, empresarios y periodistas que diariamente y a lo largo de muchos años han trabajado en favor de las mejores causas de los mexicanos en San Diego y de la comunidad fronteriza de California y Baja California.

Repetimos que la iniciativa del Consulado de México en San Diego que encabeza Remedios Gómez Arnau es por demás loable y sin duda será un justo y oportuno reconocimiento para personajes destacados pero también para tantos mexicanos que permanecen en el anonimato.

Los nombres de los galardonados serán dados a conocer en el mes de septiembre y recibirán durante ese Mes Patrio su reconocimiento durante una ceremonia con sus respectivas familias. Enhorabuena por este gesto tan necesario para levantar el ánimo y la moral de la comunidad mexicana de San Diego.

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José Santiago Healy es columnista de Enlace, el semanario en español del UT San Diego