Lo que hemos aprendido de los debates presidenciales

. A alguien que gobierne para todos.

Tres debates. Dos candidatos. Un presidente.

El 6 de noviembre está cada vez más cerca, y con los tres debates ya en el pasado, hemos aprendido varias cosas sobre las elecciones presidenciales de 2012, los candidatos, sus ideas sobre cómo mejorar el progreso del país y las estrategias para implementar sus visiones.

Éstos son algunos puntos clave:

Los debates son importantes. Generalmente los debates son considerados como parte del teatro político; una plataforma que usan los candidatos para atacarse y para reforzar las impresiones que desean que el electorado tenga de ellos. Los debates rara vez cambian las dinámicas de las elecciones. Este año fue la excepción. El pésimo desempeño de Barack Obama en el primer debate le costó al presidente la ventaja ligera pero consistente que tenía sobre Mitt Romney, quien se disparó en las encuestas y ahora compite por su lugar en la Casa Blanca. Si Obama pierde, muchos recordarán el primer debate como el inicio de su derrota.

Cualquiera de los dos puede ganar la elección. Antes de ese primer debate, el presidente Obama parecía que fácilmente sería reelegido. Pero ahora todo parece estar más difícil. Aunque sigue teniendo una pequeña ventaja en los estados indecisos, no tiene asegurado nada. Los debates cambiaron la trayectoria de la elección, pero aún así podríamos ser testigos de las elecciones presidenciales más cerradas desde George Bush y Al Gore en el 2000.

Todo dependerá de quién sale a votar. En elecciones tan cerradas como esta, la clave está en qué partido logrará animar a sus partidarios a votar este 6 de noviembre. Obama tiene la ventaja en la infraestructura y organización de su campaña, la cual creó con éxito en 2008. Es por eso que en los últimos días antes de las elecciones las campañas se enfocarán en animar a las personas a salir a votar, especialmente a los hispanos en lugares como Nevada, Colorado y Florida, estados que serán determinantes.

Reforma migratoria otra vez rezagada. Los dos candidatos prometieron reformar las leyes de migración, pero a pesar de sus promesas, lo más seguro es que la reforma migratoria quede otra vez rezagada en la lista de prioridades del país. Una victoria de Romney probablemente reduciría las probabilidades de la reforma, ya que quedaría evidenciado que el voto latino, a pesar de apoyar en un 70 por ciento Obama, aún no es lo suficientemente determinante. Independientemente de quien gane, la dinámica probablemente será la misma: los republicanos se opondrán a toda costa a reformar las leyes migratorias. Podrían cambiar de opinión si el voto hispano es el responsable de la reelección de Obama.

Latinoamérica no es prioridad para Estados Unidos. A pesar de compartir fronteras y problemas como el tráfico de humanos, inmigración ilegal y la guerra contra el narcotráfico, los candidatos rara vez hablaron sobre Latinoamérica, con excepción de Romney. Durante el tercer debate el republicano dijo que Estados Unidos necesitaba aumentar el comercio con Latinoamérica ya que representaba en conjunto un mercado tan grande como China. Obama no respondió a su comentario. De ahí en fuera, las menciones sobre Latinoamérica tristemente se limitan a cómo los candidatos lidiarían con Hugo Chávez de Venezuela o Raúl Castro de Cuba. Bravo a Jorge Ramos y Univisión por organizar e imponer una mesa de discusión alterna a los debates para obligar a los candidatos a hablar sobre Latinoamérica.

Difícil confiar en Romney. Los dos candidatos mintieron o exageraron en sus aserciones durante los tres debates. Sin embargo, Romney demostró que no le importa cambiar de postura con tal de ganar votos. Lo hizo con inmigración, el aborto, reforma de salud y otros temas más. Cuando está con sus donadores millonarios les dice que el 47 por ciento de los estadounidenses viven del gobierno; cuando está en televisión dice que él quiere representar al 100 por ciento del país. Romney podría ser un gran administrador. No lo dudo. Tiene la experiencia. Pero el país necesita más que alguien que solo asista a reuniones con gente importante, conteste los teléfonos y firme documentos. El país necesita alguien que conozca en verdad lo que es la pobreza, la necesidad, la importancia de la educación y la moderación. A alguien que gobierne para todos.

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