Tijuana

Ni se quejen: Carta abierta a los transportistas de Tijuana

La decisión ya se tomó

Como tijuanense, de nacer y vivir aquí desde hace más de 21 años, no sorprende que utilizo el transporte público desde hace más de diez, en su mayoría camiones y taxis de ruta, ya sea para ir a la escuela o al trabajo. El tomar transporte público es parte de mi rutina, de la distribución de mi tiempo.

Escribo esto no por los lamentables acontecimientos entre choferes de taxis amarillos y conductores de Uber. Escribo esto con el coraje aún fresco sobre el trato que dan los transportistas en el día a día a miles de tijuanenses que utilizan este medio de transporte para llegar a sus destinos.

Hoy, al abordar un camión azul y blanco para hacer escala en la Zona Centro, antes de que pusiera un pie en el camión, un niño de más o menos 12 años de edad subió a la unidad y mostró al chofer su credencial de estudiante. El conductor fijó su mirada sobre él, sujetó y analizó el gafete, le tiró una mirada de coraje, arrebató la moneda de cinco pesos de las manos del joven y la arrojó a su caja del dinero. El pasajero, callado, fue y tomó asiento.

Pero como ciudadanos no es posible quedarse callado ante este tipo de situaciones. En últimos tiempos he optado por el camión porque las unidades de los taxis de ruta dejan mucho que desear. Son incómodas, suben personas de más y sus rutas son inconsistentes, con el clásico "es que casi no va gente para allá, joven" o "pos a ver si se llena, ahorita vemos".

De los dos no se hace uno. Sustituí un medio de transporte que carece de una cosa por otro que carece de algo peor. Las opciones para viajar cómodo y con dignidad, simplemente no existen. Me ha tocado que cuando me dirijo a la universidad me pidan mi horario, como si mi descuento fuera para ir a la escuela y no por el hecho de ser estudiante. O como si al anciano no le quisieran cobrar menos simplemente porque no se dirige a un asilo o al médico.

Se entiende que este tipo de descuentos afectan directamente a su bolsillo porque no existe un apoyo gubernamental que reponga lo que el estudiante o el adulto mayor deja de pagar. Pero pocas justificaciones deben de existir para un servicio que se ha caracterizado por ser constante en dos cosas: ser malo y caro.

¿Cuántas personas no han sufrido este tipo de tratos en cualquier otro tipo de unidad? No limitándose al tema de los cobros, o a las tarifas: choferes que parten desde su sitio hablando por teléfono, la falta de cambio, cobros de más, trato déspota y falta de espacio son el pan de cada día para los usuarios.

Por lo tanto, cuando llegue alguien verdaderamente justo y que de un servicio de costo proporcional a la calidad de éste, no peguen de gritos al cielo ni bloqueen las calles. No se desquiten con nosotros, que ustedes se han ganado que busquemos una opción diferente.

Así que ni se quejen, que ustedes han ido perdiendo poco a poco el respeto de la ciudadanía, provocando que uno prefiera pagar tres, cuatro o cinco veces más por una aplicación que funciona de forma eficaz y efectiva.

Ni se quejen, porque cuando te sientes intimidado, ni siquiera cinco pesos quieres pagar. Ni se quejen, porque el subirte a una camioneta con 13 personas, donde en realidad caben siete, es denigrante. Ni se quejen, que no servirá de nada. Al final, será la ciudadanía la que tome su decisión con el transporte en Tijuana. Ah y, al parecer, la decisión ya está tomada.

Cualquier comentario puede hacérmelo llegar también vía correo electrónico:

oscar.montoya@sandiegored.com

Más noticias en SanDiegoRed.com

Sigue a San Diego Red en Facebook y Twitter.

Relacionado:

comentarios

  • Facebook

  • SanDiegoRed

 
 
  • Nuevos

  • Mejores

    Noticias Recientes Ver más

    Subir
    Advertising