La Reforma Constitucional en materia Electoral

Estimado lector hoy en día la reforma constitucional en materia electoral estuvo en boca de todos, por primera vez una reforma tuvo tantas cosas detrás de ella.

La reforma electoral que fue desechada por no contar con el voto de la mayoría calificada en la Cámara de Diputados el pasado 6 de diciembre, es hoy el tema más relevante y probablemente el más importante en cuanto a la materia legislativa se trata.

Pero no podemos dejar de lado la polarización que existe en nuestro país, pareciera que nos encontramos más divididos que nunca. El principal responsable de esa división para bien o para mal es el Presidente de la República, quien nos ha distribuido y categorizado entre fifís y chairos, buenos y malos, conservadores y transformadores.

Pero me pregunto yo ¿No somos todos mexicanos? ¿No queremos todos el bien común para nuestra gran Nación?

Bueno, esa respuesta creo que sólo la puedo dejar a la conciencia de cada uno de los lectores.

Lo que es claro, es que la división existe, y el más claro ejemplo fueron las marchas del 13 de noviembre y del 27 de noviembre, las cuales no tocaré si fueron legítimas o no lo fueron. Lo único que creo que es importante reflexionar es que dejaron ver que hoy el país se encuentra rotundamente dividido en dos.

Tal vez, en la historia moderna de nuestro país no había existido una división tan clara y marcada, a lo cual es sorprendente que todo gire en torno a un solo hombre, Andrés Manuel López Obrador.

Lo anterior es de relevancia, toda vez que sabemos que la fuerza del Movimiento de Regeneración Nacional, se alberga únicamente en el fiel y prácticamente ciego seguimiento a la persona del Presidente.

Lo anterior, preocupa enormemente a López Obrador, ya que su nombre no se encontrará en las boletas electorales en los comicios de 2024. Lo cual pone en divergencia el camino para que su partido conserve la titularidad del Poder Ejecutivo.

No podemos negar que hoy el partido en el poder conserva la ventaja para ganar las elecciones del 2024. Sin embargo, cada día ese favoritismo se ha visto mermado. Prueba principal de ello, es la ciega necedad de querer destruir al árbitro electoral a como de lugar.

El Instituto Nacional Electoral, no es sólo un organismo público, es el resultado de años de lucha, por parte de miles de corrientes de pensamiento político, que en su mayoría disienten, pero que en si guardaban o guardan un objetivo en común, el que la democracia de nuestro país prevalezca, para que así se manifieste la verdadera voluntad de la ciudadanía.

Los resultados de las elecciones, en muchas ocasiones agradan a algunos e irritan a otros, pero eso sí, no podemos negar la legitimidad con la que el árbitro electoral se ha conducido.

Ese árbitro electoral resultado de la lucha de personajes icónicos de la izquierda como Cuauhtémoc Cárdenas o de otras corrientes como el panista Manuel Clouthier; podría pasar una página entera escribiendo sus nombres, pero estoy seguro que la historia ya los tiene en el lugar que merecen.

El Instituto Nacional Electoral otorgó el triunfo al Presidente, en una elección que en su momento fue sorprendente por la gran participación que existió.

Con resultados que le fueron sumamente favorables, ya que además de la Presidencia, este logró obtener la mayoría calificada en ambas Cámaras. Lo cual le permitía en sus primeros 3 años de gobierno, realizar cualquier modificación que él hubiera estimado necesaria para colaborar con su proyecto de transformación.

Sin embargo, las elecciones intermedias llegaron y con ello el descontento natural de muchos sectores de la población que se sintieron traicionados por el gobierno de la Cuarta Transformación, en especial la clase media que hoy tanto repudia López Obrador, y a quien inclusive acusa de aspiracioncita.

Prueba de lo anterior fue la perdida de la mayoría calificada en la Cámara de Diputados, lo que hoy no le permite reformar nuestra Constitución.

Es muy importante destacar que los números hablaron y fueron claros, los 30 millones de votos con los que Andrés Manuel llegó a la presidencia en 2018, para el 2021 se redujeron a 21 millones, y es muy probable que en el 2024 lleguen apenas a la mitad en favor de su partido, siempre y cuando no ocurran algunos acontecimientos coyunturales que se han estado presentado y que pudieran debilitar aún más a MORENA.

La desesperación ante el debilitamiento de la figura presidencial y de la fallida estrategia con la que se ha tratado de gobernar a nuestro país, solo ha dejado claro que se intenta buscar culpables donde no los hay.

Lamentablemente el INE fue el objetivo perfecto, toda vez que cumplía con dos propósitos claros para el Presidente; Primero, debilitar la democracia ante el declive de su popularidad para mantener el control y Segundo, distraer a la población de las malas decisiones que se han tomado en su gobierno.

Para finalizar, manifiesto que me es grato saber que la reforma electoral con varias observaciones peligrosas no es un hecho y podremos seguir gozando de la democracia en nuestro país.

Sin embargo, es muy importante estar vigilantes de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, toda vez que es evidente que en sus manos está la clara declatoria de inconstitucionalidad del famoso llamado Plan “B”, que no debe por ninguna circunstancia debilitar de forma alguna al INE.

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