Desde que tenía tres años, el joven Adrián Bringas ha dedicado su vida a cumplir su más grande sueño: dedicarse al beisbol de manera profesional.

Esta semana ha comenzado a ver los frutos de su esfuerzo y se encuentra frente a la oportunidad que siempre ha anhelando.

Durante el régimen de selección de las Ligas Mayores, conocido coloquialmente como el "draft", los Royals de Kansas City le dieron un voto de confianza al residente de National City y fue seleccionado para unirse a los Chukars de Idaho Falls, su equipo filial en las menores.

"Cuando leí mi nombre no lo podía creer, tuve que revisar dos veces", dijo Bringas, quién cumplirá 22 años en julio, entrevistado en su residencia, un día antes de reportarse con su nuevo equipo.

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Bringas jugó para los Jaguares del Colegio Southwestern, equipo al que encaminó hacia el campeonato estatal en 2008.

Los últimos dos años, el estudiante de la Universidad Estatal de Chico, había intensificado su preparación con la esperanza de "llenarle el ojo" a los caza-talentos que ya habían escuchado buenas referencias del adolescente de ascendencia mexicana.

En la última temporada, Bringas fue líder de los Wildcats con un promedio a la ofensiva de .372, 12 dobles, cinco jonrones y 37 carreras impulsadas, además de conducir al equipo.

Esto lo colocó en la mira de Kansas City con quién ya había tenido contacto, aunque desconocía si su nombre figuraría entre los seleccionados.

Afortunadamente, así fue, el pasado miércoles recibió la noticia que se había convertido en la selección número 46 del draft y este sábado tomará un vuelo rumbo a su nuevo equipo con el objetivo de retribuir a la confianza que se le ha dado.

Aunque todavía queda afinar detalles, inicialmente, el contrato será por tres meses por ser temporada corta para jugador novato. El siguiente sería por seis meses más con la posibilidad de renovar cada año.

A diferencia de la tercera base que defendía con la Universidad Estatal, con los Chukars, Bringas probará suerte en la segunda base, posición que no desconoce del todo, ya que llegó a practicarla durante la preparatoria.

Para Bringas, el beisbol siempre ha sido una pasión compartida en familia. Creció viendo a su padre, Jesús Bringas, participando en distintas ligas amateurs en Tijuana, lo que lo inspiró a seguir sus pasos.

¨La mayor lección que me ha dado mi padre es la disciplina, el saber que las cosas llegan a su tiempo y a trabajar por lo que uno quiere¨, menciona Bringas.

Fue de esta manera, como recuerda que desde niño entrenaba en el patio de la casa de su abuela junto a su hermano Daniel.

Dicha cancha era su paraíso y la promesa de que aspiraría a lo más alto quedó plasmado en las paredes, donde todavía se observa el mensaje ¨Estadio de Adrián¨, mismo que escribió apenas a los ochos años.

"Desde chico se veía que había nacido para esto", dijo su hermano Daniel. ¨Es algo que él se ha ganado y toda la familia estamos muy orgullosos de sus logros¨.

Por su parte, el mayor de los Bringas, David, consideró que el éxito de su hermano menor es algo que él se ha ganado.

"Adrián siempre ha confrontado los retos, él demostró su potencial y ahora vemos lo que es capaz de lograr."

Su madre, Olga Bringas, no puede contener la emoción al recordar el arduo camino que su hijo ha tenido que recorrer.

"Esto es lo más grande que nos ha sucedido, es un orgullo ver como desde niño decía que quería llegar a las Grandes Ligas y ahora ver que ha dado el primer paso", comentó visiblemente conmovida.

A pesar de que Adrián Bringas ha sido criado toda su vida en San Diego, tiene su ascendencia mexicana muy presente, además que alguna vez jugó en las Ligas Menores de Tijuana, y le gustaría representar a los deportistas aztecas en los Estados Unidos.

"Sería para mí un orgullo representar a mi cultura en este deporte. Vemos muchos beisbolistas latinos pero muy pocos los que vienen específicamente de México."