Miami, 29 jul (EFE).- La actriz venezolana Mónica Spear regresa a sus raíces como protagonista de la telenovela "Flor Salvaje", que a partir del martes 2 de agosto se transmitirá en horario estelar a través de la cadena Telemundo.


Y es que para Spear, que pasó una gran parte de su niñez en la finca de su padre en su natal Maracaibo, una de las atracciones principales de este proyecto fue la oportunidad de hacer un personaje tan apegado a la naturaleza.


"Recuerdo que antes de que me ofrecieran este proyecto, le decía a mi padre que me hacía falta estar de nuevo en una finca, en contacto con la naturaleza y rodeada de animales. Me hacía falta sentir el olor de la yerba mojada después de la lluvia y recordar esa parte salvaje que llevamos dentro", reveló a Efe durante una entrevista telefónica realizada desde Colombia, donde se rueda la producción.


En esta adaptación para la televisión de la obra de la colombiana Laura Restrepo, la actriz y modelo de 27 años interpreta a Amanda Monteverde, una joven inocente que, después de una tragedia familiar, huye con sus tres hermanas pequeñas a un pueblo donde se enfrenta a tres hombres muy diferentes.


Allí vive un amor, como sugiere el título de la novela, puro y salvaje. Y, por supuesto, cargado de drama y apasionantes enredos.


"Este papel es muy rico, muy matizado. Y no me llegó por casualidad; siento que me lo mandó el universo", aseguró la ganadora de la corona Miss Venezuela 2004, que además es una firme creyente en el poder de la mente para convertir en realidad lo que decimos o pensamos.


"La primera vez que me propusieron esta novela, le pedí a Dios que me iluminara y esa noche soñé con el proyecto. Yo le pedí una respuesta y me la dio. Entonces ya no me importaron los detalles. Dije sí sin mirar atrás", aseveró.


Casada desde hace tres años con un hombre que describe como "muy respetuoso de mi trabajo y que gracias a Dios no es del medio artístico", Spear es madre de Maya, una preciosa niña de dos años de la que asegura aprende algo nuevo todos los días.


"Mi hija es muy dulce, muy sensible, muy especial. Ella observa todo: los árboles, las flores. Tiene una gran afinidad con el mundo silvestre y natural, como su mamá", aseguró.


Lejos de las cámaras, se describe como una mujer sencilla, sensible, familiar y "muy callejera. Ni siquiera prendo la televisión en mi casa. Me gusta salir y estar en contacto con la gente".


En cuanto a la fama, esto es algo que ella se quita y se pone, como si fuera, un par de lentes para ver.


"Yo ni me entero si soy famosa; trato de que 'eso' no me afecte. Soy muy miope y cuando salgo a la calle me quito los lentes y no sé si me están mirando o si me reconocen", contó entre risas.


En estos momentos, Mónica se encuentra totalmente enamorada de su personaje y dedicada en cuerpo y alma a esta telenovela. La experiencia, dice, es "un maravilloso intercambio cultural con personas de muchos países. La paso divino y me dan ataques de risa durante el rodaje".


Respecto a sus planes futuros, asegura que "son cosas muy personales. Pero todos los días le pido al universo que esté conmigo y todo está conmigo, hasta las hormigas", finalizó.