Tijuana.- El último eslabón para desarticular una célula criminal dedicada al secuestro de migrantes se logró tras conseguir una orden de aprehensión el pasado lunes contra once personas, entre ellos el presunto líder, informaron autoridades este miércoles en conferencia de prensa.

La banda era una de las células que protegía el grupo que comandaba Teodoro García Simental, "El Teo" (detenido en enero de 2010), dijo Abel Galván, subprocurador contra delincuencia organizada del estado. Entre sus miembros está un ex policía municipal.

Las autoridades tienen registradas hasta el momento 18 víctimas que plagiaron, pero es posible que existan más, pues entre el arsenal decomisado, teléfonos celulares y uniformes operativos de la policía municipal estaban 22 identificaciones de migrantes.

Rommel Moreno, fiscal de la Procuraduría General de Justicia de Baja California, dijo que la desarticulación de esta banda criminal se debió a una serie de operativos y detenciones sucedidas desde el año pasado.

El pasado 21 de julio, la Unidad de Combate al Secuestro de la fiscalía detuvo a Ernesto González González en posesión de un teléfono móvil que registraba las llamadas de exigencia de rescate, explicó Moreno.

El funcionario dijo que el detenido, en su declaración ministerial, confesó pertenecer a una organización criminal que se dedica al secuestro de migrantes en Tijuana, por lo que se le decretó un arraigo provisional.

Otro golpe contra esta célula fue el 17 de agosto pasado, cuando la unidad especial ubicó y detuvo a Omar González González, "El M-1"; Juan González Doroteo, Rodrigo de la Torre García, Christian Aarón Alférez Arellano, María Guadalupe Ortega Sandoval y Perla Zulema Ángel Lares.

El fiscal manifestó que a estas personas se les localizó otro teléfono celular en el que también habían hecho llamadas de negociación de secuestro, por lo que también fueron arraigadas.

La investigación condujo a que policías ministeriales capturaran el 30 de agosto pasado a Enrique Moraga Valdez, apodado "El Comandante" y señalado como el líder de la banda; Gabriela Josefina González González, Héctor González González y José Ramón Cruz Soria.

Este último fue policía municipal que sirvió en corporación de 2002 a 2010, incluso en su último periodo fungió como subjefe delegación de la policía de Tijuana, señaló el subprocurador Galván.

Según el fiscal Moreno, ellos fueron arrestados cuando se encontraban a bordo de un pick up Nissan Titán 2004 y un vehículo Chevrolet Astro, donde fueron hallados múltiples uniformes operativos de la policía municipal, así como insignias o placas de la corporación local.

También fueron localizadas seis armas de fuego (dos de ellas calibre nueve milímetros, un revólver calibre 32, un revólver calibre 357 Magnum y un arma calibre 25), diversos juegos de grilletes y radios de frecuencia policíaca.

Además de 22 identificaciones de migrantes (células consulares, credenciales de elector y licencias de otros estados) y 26 teléfonos móviles, en su mayoría de compañías telefónicas extranjeras que eran propiedad de sus víctimas. Todos ellos también fueron arraigados, dijo el fiscal.

El pasado 12 de septiembre, el agente del Ministerio Público adscrito a la Unidad de Combate al delito de Secuestro dio la orden de aprehensión en contra de los inculpados, que obsequió el juez cuarto de la penal en Tijuana por los delitos de secuestro agravado, robo con violencia y delincuencia organizada.

El subprocurador Galván dijo que de marzo de 2010 a julio de este año recibieron denuncias de migrantes ofendidos que argumentaban que habían sido engañados por los ahora detenidos.

Los migrantes denunciaron en la fiscalía que habían sido enganchados por supuestos "coyotes" en Tijuana, que les habían ofrecido cruzarlos a Estados Unidos sin documentos.

Miembros de la banda criminal los trasladaban a una casa de seguridad en un vehículo tipo van Chevrolet Astro blanca, en donde eran agredidos, vejados y torturados por otros integrantes de esa organización que se hacían pasar como policías municipales, dijo Galván.

El funcionario explicó que los verdugos, quienes portaban armas de fuego y pasamontañas, obligaban a los migrantes a proporcionar los números telefónicos de sus familiares de Estados Unidos.

Luego, mientras los migrantes continuaban privados de su libertad, los secuestradores se comunicaban vía telefónica con los familiares de la víctima, los obligaban a pagar rescates que iban de los 3 mil a 6 mil dólares por la liberación, dijo Galván.

A solicitud de los delincuentes, agregó, esos rescates fueron cobrados a través de depósitos o envíos de dinero que se realizaban por empresas como Wester Union y Moneygram.

La fiscalía estatal ya había detenido a otros dos hermanos González González. Raúl fue capturado el 24 de marzo de 2010 por el delito de secuestro agravado en contra de tres migrantes.

Y el 9 de enero de este año, tras el rescate de tres migrantes secuestrados, detuvieron en flagrancia a Carlos González González junto a las hermanas Guadalupe y Fabiola Fernández Fonseca, Osvaldo Ramón Hernández, Juan Valentín Figueroa, Rodolfo Vicenteño y Cristóbal Aguirre.

De acuerdo a las autoridades, fue el mismo Carlos González quien declaró al Ministerio Público que

el jefe de la banda criminal era Enrique Moraga.

Según la fiscalía estatal, esta célula criminal pertenecía a la estructura delictiva de Luis Ramírez Vázquez, apodado "El Güero Camarón", un lugarteniente del cártel Arellano Félix, y obedecían órdenes de "El Teo".

Al parecer, luego de la captura de ambos delincuentes, la banda comenzó a operar por su cuenta en el secuestro de migrantes, señalaron las autoridades.

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