Tijuana.- El alcalde de la ciudad, Carlos Bustamante, despidió este martes al secretario de Seguridad Pública Municipal, el militar retirado Gustavo Huerta, y nombró en su lugar al abogado Alberto Capella, quien ya había desempeñado ese cargo en la administración anterior pero fue destituido por no dar resultados.

Bustamante justificó el cambio durante una conferencia como "una transición" y afirmó que no significaba un cambio de rumbo en la coordinación que mantienen con las autoridades militares para el combate al crimen.

También descartó que Huerta saliera por el video-escándalo, destapado en mayo pasado, que mostraba a una joven que bailaba a oficiales en el departamento policial del distrito La Presa Rural a cambio de no ser detenida, lo que originó la destitución de 15 policías, entre ellos el jefe de zona Víctor del Cruz.

Según Bustamante, los militares reformaron la seguridad pública municipal y dieron toda su capacidad y conocimientos, pero es tiempo de que civiles tomen el mando.

"Las autoridades civiles tenemos que ser congruentes y asumir el relevo de esa responsabilidad, con una visión de Estado, en la cual resulta indispensable la participación y coordinación, tanto de los tres órdenes de gobierno como de nuestras heroicas instituciones militares", dijo el alcalde.

En 2008, la violencia arreciaba en las calles de Tijuana. Las autoridades reportaron ese año 843 muertes, más de cien secuestros, un número indeterminado de personas huyendo de la ciudad y decenas de desaparecidos.

La disputa de dos grupos criminales y su enfrentamiento con corporaciones policíacas, infiltradas por el crimen organizado, impuso actos de sadismo insospechados: colgados, decapitados y mutilados que aparecían en vías públicas.

El estado creó un modelo de seguridad para esta guerra insólita, donde el comandante de la Segunda Zona Militar, Alfonso Duarte, fungió como mariscal para coordinar a las corporaciones policíacas, que quedaron en manos de militares retirados, quienes a su vez comenzaron un "limpieza" al interior de sus policías. Sólo en Tijuana se despidieron a poco más de 600 agentes.

Ese modelo fue considerado exitoso por la comunidad empresarial y la federación al combatir frontalmente a los grupos delincuenciales y bajar la violencia de alto impacto en un periodo de tres años.

Justo cuando ese modelo se implementaba, Alberto Capella fue despedido por el entonces alcalde, Jorge Ramos, del puesto de secretario de seguridad

en diciembre de 2009, luego de un año en el cargo, y su lugar puso al teniente coronel Julián Leyzaola, actual secretario de seguridad de Ciudad Juárez, Chihuahua.

Capella había sido un activista social, pero un mes antes de asumir el despacho de seguridad de la ciudad sufrió un atentado en su casa de Playas de Tijuana. Un grupo armado intentó asesinarlo la madrugada del 27 de noviembre de 2007, sin embargo salió ileso al contestar el ataque con un arma de fuego que tenía consigo.

Bustamante dijo que había sometido a consulta con su gabinete, asesores y cámaras empresariales el nombramiento de Capella y todos le habían dado su voto de confianza.

El presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Mario Escobedo, dijo que Capella era una persona honorable y no era un improvisado en el puesto; tenía la confianza de su gremio.

Sin embargo, el director del Departamento de Estudios de Administración Pública del Colegio de la Frontera Norte, José María Ramos, dijo que el problema que generará este nombramiento será una desconfianza en las autoridades militares.

"Capella representa una nueva oportunidad para tratar de dar resultados en un contexto donde sin duda alguna se tiene que ganar la confianza de los militares, porque está hasta cierto punto demostrado que los militares con experiencia, con visión y sobre todo con la capacidad de coordinación con las comandancias militares son factores importantes", señaló Ramos.

La ventaja que tenía Huerta era una buena comunicación con la comandancia militar, agregó, incluso lo iban a apoyar en colonias de mayor incidencia delictiva.

El alcalde dijo que el nombramiento de Capella será propuesto al Cabildo de Tijuana y, con su aprobación, formalizará el cargo.

Paradójicamente, Capella es nombrado secretario de seguridad justo cuando la fiscalía estatal ha reportado un incremento de homicidios ligados al narcotráfico en esta ciudad, una de las razones que por las que el ex alcalde Ramos lo despidió.

Hasta el 3 de octubre oficialmente se tenían en Tijuana 384 homicidios, el 80 por ciento de ellos ligados al narcomenudeo. Es, sin embargo, el menos violento de los últimos cuatro años, de acuerdo a las autoridades, que contabilizaron de 2008 a 2010 un total de 2 mil 327 asesinatos sólo en esta ciudad.

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