A la mañana siguiente de su llegada Ibáñez se acercó a su papá, quién es médico, y le pidió que le revisara la bolita que seguía creciendo en su pecho. En ese momento la joven le contó que había visto a varios doctores quienes le habían dicho que era sólo una inflamación, pero su intuición le decía que "eso no era normal".

El médico se sorprendió de la situación en la que se encontraba su hija y de inmediato le aconsejó que se comunicara con el Doctor Salvador Navarro Hernández en León, Guanajuato, conocido como uno de los mejores médicos y senologos del país.

A los pocos días Ibáñez y su papá arribaron a León, donde de inmediato le realizaron los estudios pertinentes y una biopsia que confirmaron que efectivamente, la joven de 27 años tenía cáncer y estaba en etapa IV, la más grave de todas.

Ibáñez tomó el siguiente vuelo a Playa del Carmen para recoger sus pertenencias y empacar sus "sueños", para después embarcarse en el duro camino a la recuperación de cáncer de seno.

El 7 de julio Ibáñez y sus padres viajaron a la ciudad de México para someterse a una complicada operación. Esa noche con una increíble actitud y poniendo todo de su parte, la joven se despidió de su seno derecho.

La masectomía se realizó el 8 de julio.

Además los doctores le hicieron una disección ganglio axilar para determinar si algunos de los ganglios estaban infectados. Cuando la axila tiene ganglios con cáncer el pronóstico de la paciente es peor, por supuesto a mayor número de ganglios positivos, peor el pronóstico. A Ibáñez le tuvieron que extraer 40 ganglios de los cuales 12 ya tenían actividad cancerígena.

Puesto que el cáncer se encontraba en su sistema linfático era importante extraer cualquier tejido infectado inmediatamente para evitar que se expandiera a otros órganos.

A la mañana siguiente de su masectomía Mariana le sonreía a la vida.

Ibáñez sabe que su intuición la salvó y su médico se lo confirmó. "De haber esperado un par de meses más no la cuentas", le dijo el Dr. Navarro Hernández.

Ibáñez vive su tratamiento y recuperación con un gran sentido del humor y una actitud muy positiva. Sin embargo, admite que ha sido una experiencia muy difícil, pero el mantenerse ocupada le ha ayudado a seguir adelante.

Al regresar a Ensenada Ibáñez decidió comenzar una campaña de prevención de cáncer, la denominó "Tócate o te toca".

En un grito desesperado porque nadie pase por lo que ella pasó y para prevenir que otras chicas vivan la negligencia médica que ella vivió, durante el mes de octubre Ibáñez trabaja para crear conciencia entre los jóvenes sobre la importancia de la autoexploración y de poner atención a nuestra intuición.

"Si logro que una joven se autoexplore y eso previene que le quiten un seno, ya logre mi misión", comenta la joven.

Actualmente Ibáñez continúa con su tratamiento de quimioterapia para seguir con seis semanas de radiación diaria. Tras este tratamiento la comunicóloga recibirá cinco años de terapia hormonal y bloqueadores de estrógeno para asegurar que el cáncer no se reproduzca en ningún otro lugar.

micaela.arroyo@sandiegored.com