Los Ángeles.- Alma Martínez fundó en 1994 la organización sin fines de lucro "Amigos sin barreras" para atender a pacientes con VIH y sida en el sur de California, desde entonces, asiste a unas 500 personas cada año.

"En 1990 uno de mis hijos estuvo muy enfermo por complicaciones del sida, estuvo en coma 10 días, a punto de morir. Cuando iban los especialistas a verlo me sacaban del cuarto y yo veía en los pasillos a muchas madres que tenían a sus hijos con sida y oraba con ellas para darles un poco de consuelo", relató Martínez.

"Entendí que a mi hijo le estaban dando los servicios que necesitaba porque él trabajaba en una empresa que le pagaba todo lo relacionado con su salud, pero la inmensa mayoría de las familias que estaban allí no tenían recursos para pagar esos tratamientos tan costosos", agregó.

El hijo de Alma, de quien prefiere no dar el nombre, no solo salió del coma, sino que luego de un año de recuperación pudo continuar con su vida, terminar su maestría y hoy en día sigue siendo un hombre productivo y exitoso.

Sobrevivió, dice, gracias a la suma de los cuidados médicos, las medicinas de rigor, y la aplicación de un tratamiento de origen oriental que muy pocas compañías de seguro reconocen y que consiste en masajes, acupuntura y yoga.

"Cuando yo vi tantas madres sufriendo y a tantos enfermos solos, prácticamente muriendo sin ningún familiar a su lado, le prometí a Dios que aunque mi hijo no sobreviviera esas familias iban a tener los servicios necesarios, porque yo conocí muy de cerca la pobreza, pero también conozco el poder de la esperanza", recordó Martínez, de 73 años.

Con trabajo, tenacidad y "la convicción de devolverle la dignidad a los contagiados con VIH y sida quienes son rechazados por la sociedad y, en la mayoría de los casos, también por sus familias", esta hispana nacida en el Paso, Texas, hija de mexicanos, ofrece junto a 25 voluntarios más, educación, información, orientación y terapias curativas, completamente gratis.

Un reciente informe del Departamento de Salud Pública del estado, reveló que entre los años 1998 y 2008, los casos de sida en California experimentaron un aumento considerable, especialmente entre la población hispana y afroamericana.

Por ello, "Amigos sin barreras" hace mucho énfasis en llevar a la comunidad campañas educativas, resaltando la necesidad de la prevención.

Pero si la persona ya fue diagnosticada entonces puede conseguir en la fundación servicios como masaje terapéutico para eliminar las toxinas causadas por diversos medicamentos, además de reducir el estrés y la depresión.

Con la acupuntura atienden especialmente a los pacientes que han sufrido daño en el sistema nervioso, y que les ocasiona sensaciones de dolor, entumecimiento y hormigueo en las extremidades.

"El yoga les ayuda a incrementar la fuerza, reducir el estrés, aliviar dolor en espalda y hombros, reducir la necesidad de ciertas drogas, aliviar dolores de cabeza y migrañas, dormir mejor, mejorar la digestión, y reducir la depresión y el nerviosismo", explicó Martínez, quien ha recibido numerosos premios y reconocimientos por su labor altruista.

La fundación administra también un banco de comida dirigido especialmente a proporcionar alimentos nutritivos a los enfermos con sida, y desde hace un año llevan a cabo el programa de tutoría para los hijos de pacientes a quienes ayudan en sus tareas y proyectos relacionados con la escuela.

Martínez es conocida por muchos como "la Madre Teresa de Redondo Beach", ciudad donde vive.

Innumerables testimonios de personas y familias a quienes ha ayudado y sigue ayudando la describen como un ser especialmente bondadoso y desinteresado.

Pero ella afirma que lo único que la mueve a realizar esta labor es el amor.

"Lo que más le hace falta a una persona con sida es que lo quieran, que lo abracen, que lo besen y que lo hagan sentir que sí tiene valor. Ojalá que cada día más personas nos ayuden a seguir llevando vida y esperanza", concluyó.

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