SAN DIEGO.- Las universidades públicas comunitarias (community colleges) han sido víctimas de grandes recortes presupuestarios en años recientes.

En California este tipo de institución es la puerta hacia el éxito para hispanos y otros estudiantes de escasos recursos, por lo que el impacto de estas medidas es más fuerte para estos grupos.

Muchos de estos estudiantes, frustrados al no conseguir los cursos que necesitan para adelantar sus planes de carrera, se matriculan en instituciones con fines de lucro (for profits.)

El autor de un artículo reciente publicado en el Huffington Post describe la situación así: "La escasez de fondos públicos es una de las principales causas del aumento en la matrícula de los colegios con fines de lucro". Tristemente, la alternativa que esas instituciones ofrecen trae consigo precios más altos y peor calidad.

Un informe de la Oficina Nacional de Investigaciones Económicas revela que en el 2009, los estudiantes que comenzaron sus estudios en universidades privadas devengaron un promedio de entre 1 mil 800 y 1 mil 900 dólares menos y mostraban una probabilidad entre 5 y 6 puntos porcentuales más de estar desempleados y sin estudiar, en comparación con estudiantes demográficamente similares en instituciones públicas o sin fines de lucro.

Como padres, como ciudadanos preocupados, necesitamos presionar a nuestros representantes electos para que mantengan disponibles programas de buena calidad y accesibles económicamente. También necesitamos que nuestros hijos se preparen lo mejor posible para ir a la universidad, de modo que aumenten sus posibilidades de matricularse directamente en una institución universitaria de cuatro años con una tasa de graduación respetable.

La mejor manera de hacer esto es tomando cursos preparatorios y rigurosos en la preparatoria (high school). Motívalos a inscribirse en los cursos denominados AP, que son más rigurosos pero que pueden ayudar a los estudiantes a acumular créditos universitarios, lo que a su vez puede abaratar el costo total de la universidad al reducir el número de cursos requeridos.

Al mismo tiempo, un buen desempeño en la preparatoria puede ayudar en la obtención de importantes becas tanto para universidades públicas como para las privadas.

Si tu hija o hijo, como tantos otros, necesita ayuda seleccionando los cursos que debe tomar para prepararse para la universidad, consulta a un consejero académico en la escuela.

Los buenos consejeros no solamente ayudan a los estudiantes a crear un buen calendario de cursos, sino que se aseguran de que esos cursos tengan el mayor rigor posible.

Los mejores consejeros, de hecho, trabajan para asegurar que las políticas escolares comuniquen altas expectativas de logro académico para todos los estudiantes.

En estos tiempos económicamente difíciles, las familias necesitamos recibir información correcta y confiable sobre la universidad, de modo que nuestra inversión resulte en una educación de calidad, y por ende en un mejor futuro.

Ernesto López escribe para Enlace, el semanario en español de San Diego Union Tribune. editorial@mienlace.com