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Jóvenes latinos obtienen becas universitarias a través del deporte

Estudiantes de San Diego cumplen sus sueños a base de sacrificio

En vacaciones de verano hay estudiantes que se liberan de los horarios para levantarse, acostarse, alimentarse y ver televisión, pero Caesar Castillo, Jimmy Estrada y Cristina Hernández siguen con su relojito en mano.

Los tres son estudiantes atletas que viven sus vacaciones con un programa de entrenamientos diarios y con la meta de llegar en perfectas condiciones físicas al próximo ciclo escolar.

Estrada, de 18 años, acaba de graduarse de la Preparatoria Hilltop de Chula Vista, y gracias al futbol soccer recibió una beca parcial para estudiar y jugar en San Diego State University (SDSU).

El defensa jugaba en la escuela y el Club Aztecs FC Premier y fue el entrenador del club, Héctor Díaz, quien lo recomendó a la SDSU.

"De la universidad vinieron a observarme jugar y me ofrecieron la beca, es un orgullo para mí", indicó Estrada.

Por su parte, Castillo de 18 años, es un corredor de campo traviesa recién graduado de la preparatoria Bonita Vista High de Chula Vista y quien este año estudiará en la University of Saint Mary en Leavenworth, Kansas, con una beca completa.

Un ex entrenador de Castillo, Ed Winczowski, recomendó al atleta en Kansas donde el atleta eligió quedarse por recibir beca completa, incluyendo una computadora personal, pero tuvo de donde escoger pues recibió 15 invitaciones de diferentes universidades.

En cambio Hernández de 19, se graduó hace un año de Bonita Vista, ella solicitó beca y obtuvo una parcial en la California State University Monterey Bay —CSUMB siglas en inglés—, donde corre para la escuela y estudia biología premédica.

Estas becas deportivas —también las hay de aprovechamiento y arte—, son una opción para algunos, pero también implican un sacrificio.

"Los atletas-estudiantes llevan una vida distinta a los demás porque no hay tiempo de socializar, pero al final ves que estos sacrificios valen la pena", dijo el papá de Caesar, Adolfo Castillo, de 52 años, un ingeniero técnico de una empresa fabricante de piezas aeroespaciales.

Este año, SDSU tiene a 534 atletas-estudiantes y 398 recibirán algún tipo de ayuda financiera, beca parcial o completa. En el 2011-2012 fue algo similar, informó Mike May, director atlético asociado y jefe de prensa de la universidad.

Las becas parciales por lo regular cubren las cuotas semestrales, más no la estancia, alimentos o libros, mientras que la beca completa cubre todo.

Cabe destacar que las becas no son exclusivas de las universidades, también hay organizaciones, asociaciones o empresas privadas con programas de becas, incluso los Padres de San Diego tienen un sistema propio.

El camino

Y pese a que Castillo se dio el lujo de rechazar 14 universidades, entre ellas la University of California en San Diego (UCSD) y University of San Diego (USD), sus inicios como fondista no fueron fáciles.

Comenzando con el cuerpo regordete que tenía en tercero de secundaria pero que ahora tiene la figura delgada típica de un corredor.

"Mi papá fue un corredor amateur de joven y él me inculcó el amor por estas carreras", platicó Castillo en uno de sus entrenamientos de vacaciones con sus ex compañeros de Bonita Vista en el Discovery Park de Chula Vista.

El atleta recordó que cuando su papá lo llevó a darle la vuelta al Campo Rohr de Bonita, que tiene unas tres millas de circunferencia, apenas aguantó unos cuantos pies.

Sin embargo, la práctica diaria lo hizo llegar a la preparatoria con noción sobre carreras largas y se convirtió en el mejor corredor de la milla y dos millas, primero en Bonita Vista hasta llegar a las finales estatales de su especialidad a nivel preparatoria.

"No es fácil ser atleta-estudiante porque hay que mantener buenas calificaciones y buenos resultados, eso significa que no hay tiempo para ir al cine, fiestas o novia por ejemplo", comentó Castillo quien posee tiempos de 4 minutos y 22 segundos en la milla y 9'26" en las dos millas.

La madre, Ana Castillo de 48 años, comentó que algo similar es la vida de la familia, no tienen mucho tiempo para socializar porque como padres se dieron a la tarea de estar pendientes de las actividades, deportivas y académicas de sus hijos.

"Los entrenamientos, competencias, tareas, también nosotros teníamos una rutina de acostarnos y levantarnos temprano", dijo la señora que también tiene una hija, ella estudia sin beca en la universidad en Arizona.

Hay momentos de estrés, pero el apoyo de los padres es muy importante, manifestó Castillo quien en Kansas posiblemente estudie sicología con una especialidad en deportes.

En tanto la meta de Estrada es finalizar una carrera de ingeniería o diseño gráfico y también continuar en el futbol, tal vez en el ámbito profesional.

"A veces uno pone más atención al deporte que al estudio pero debes equilibrar ambas actividades, las dos son importantes", contó Estrada quien practica futbol desde los 4 años y que el año pasado figuró como mejor jugador de liga y de la división.

Más competitivo

Pero el mejor testimonio sobre la vida de un atleta-estudiante universitario está en Hernández quien también pasa sus vacaciones en casa vigilando su forma física.

De hecho, Hernández aprovecha su estancia en Chula Vista para entrenar con sus ex compañeros del equipo de campo traviesa de Bonita Vista que incluye a sus hermanas corredoras, Clarisa de 17 años y Claudia, de 16.

"Es más sacrificio que en la prepa", contó y luego sonrió, "el tiempo es oro para mí a este nivel ya que mis entrenamientos son a las 6 de la mañana y a las 8 ya tengo que estar en el salón de clases".

Su actividad escolar termina a las 6 de la tarde y se va directamente a casa, con los planes en mente del siguiente día.

Dos días a las semana estudia de 8 de la mañana a 12 del mediodía y dice que es cuando aprovecha para adelantar tareas, lavar ropa y limpiar su cuarto ya que los fines de semana o entrena o está en competencias.

"Definitivamente no desvelos, si quieres mantenerte dentro de las mejores", aseguró Hernández quien en su universidad posee el segundo mejor tiempo en la prueba de 6 kilómetros con 23 minutos y 15 segundos.

No todos tienen la posibilidad de estudiar una carrera en la universidad y representarla en el deporte, es una gran oportunidad que debe aprovecharse, destacó Estrada.

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Irasema Mayoral escribe para Enlace, el semanario en español del UT San Diego

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