México no cedió terreno. Demostró en la cancha de juego el poderío que ha ido obteniendo gracias a sus elementos. Hoy por hoy, la escuadra de José Manuel de la Torre se ha convertido en un rompecabezas de piezas importantes. Todos participan; todos colaboran. Pero falta puntualizar ciertos aspectos.

Costa Rica no mostró la cara añeja, esa que hacía sentir en su terreno el miedo de enfrentar a un rival de la zona. Más allá de lo futbolístico, la gente no logró compenetrarse con su equipo. Parecían simples desconocidos jugando en cancha ajena, parece que el sufrir más descalabros que victorias en el Estadio de San José le pesó a los "Ticos".

La historia estaba con los nuestros. México con una actuación cumplidora seguirá teniendo macando hegemonía -sin perder- en San José.

El partido fue del seleccionado Tricolor. La posesión del balón fue llevada por once jugadores que demostraron conjunción en las diferentes zonas. El Chepo demostró que puede manejar las diferentes personalidades de un grupo de hombres que han crecido a través del tiempo; sin duda, los visitantes fueron distintos en el campo ante un rival que terminó ofreciendo un futbol muy por debajo de lo que representa la eliminatoria.

Javier Hernández y Oribe Peralta mostraron unión en gran parte del accionar. El primero, jugó como centro delantero mientras que el lagunero fue el que mayor participación otorgo en el campo. Los movimientos del "Cepillo" permitieron a Hernández el espacio en la última línea.

El medio campo se comió el balón con trazos importantes que beneficiaron a los aztecas. Tanto Carlos Salcido, como Jesús Zavala arrullaron los ataques costarricenses, los cuales fueron en mayor proporción en el inicio del cotejo, después, se desvaneció la garra local.

Los volantes lucieron en plenitud. Guardado y Aquino fueron factor en una zona en la que no se permitía perder balones, misma que respetaron. El cementero hizo lo que quiso por la derecha; la gambeta fue un factor desequilibrante para los locales, en varias ocasiones cayeron en la trampa del gato y el ratón. El jugador valenciano retomó un nivel considerable y ayudó a que las labores de recuperación y distribución fueran amenas para todos.

La defensa lució serena y armónica. Aunque la salida de Severo Meza conllevó un cambió en la tónica, Israel Jiménez cumplió y se afianzo en el tiempo que estuvo en el campo.

Fransico 'Maza' Rodríguez y Héctor Moreno llevaron la experiencia en una de las zonas más importantes del campo, junto a los jugadores de Tigres y Rayados respectivamente.

Los goles de Carlos Salcido y Jesús Zavala le otorgaron al equipo mexicano la tranquilidad para encarar su siguiente compromiso en el Estadio Azteca ante los mismos "Ticos". El juego de vuelta tendrá que tomarse de la misma seriedad que los anteriores, pero no descartemos incorporaciones no vistas hasta hoy.

Una de las claves más importantes del enfrentamiento fue la tranquilidad y serenidad que tuvo el plantel del Chepo. Cuando el rival atacó, los mexicanos respondieron; cuando llegaron los goles, el funcionamiento siguió en marcha. Y si bien es cierto que los locales tuvieron algunos acercamientos, José de Jesús Corona no tuvo que emplearse a fondo para sacar el peligro del área.

Las nuevas caras en el Tri están levantando la mano rumbo a Brasil 2014, de las cuales nos tendremos que ir acostumbrando a verlas en el puesto titular. La nueva sangre quiere seguir consolidándose en la mayor con partidos bravos, en el que el miedo a participar se convirtió en una motivación que parece alimentar poco a poco el hambre de los elementos que hoy son figuras en el futbol mexicano.

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