Desde la llegada de Robin Van Persie al Manchester United, las especulaciones por la pronta salida de Javier Hernández se hicieron presentes en los medios. La noticia inundó de forma mediática las trasmisiones mexicanas. Después de dos días de hipótesis y aseveraciones, la palabra "Chicharo" nos causó una pequeña indigestión; causada más por los analistas que repetían dosis de contenido sin sustento que por detractores del delantero mexicano que vieron en este torbellino la oportunidad perfecta para evidenciar las limitantes del jugador.

Desde que llegó el delantero azteca a tierras inglesas el ambiente ha sido una tormenta de arena. Primero todo fue positivo, debut de lujo y goles a racimos, esa fue la tónica que Hernández puso sobre el césped inglés. Con magnificas actuaciones Javier se ganó a los aficionados, jugadores y directivos. Parecía que la carrera de Hernández en el Manchester United despegaría de forma meteórica y sustentada. Sin embargo, después del sorpresivo primer año, el delantero tapatío cambió los aires positivos por ráfagas que le ocasionaron un bajón en su nivel y ritmo de juego. Las lesiones, los llamados con el Tricolor y un delantero llamado Danny Welbeck frenaron estrepitosamente el ascenso del ídolo mexicano en el futbol inglés.

Tal y como le pasó al búlgaro Bervatov con la llegada del ariete mexicano. Esta similitud en el proceso hizo temblar a más de uno en México con la aparición de Welbeck, la llegada de Van Persie, la contratación de Shinji Kagawa y el repunte de Rooney. De pronto la joven promesa que de la noche a la mañana se convirtió en ídolo nacional, vio relegada su figura al banquillo del United. Su presencia en el cuadro de Alex Ferguson se alejó tanto que ahora lo colocan fuera de las filas del Manchester.

El temor en los medios mexicanos es evidente, sin embargo se olvidan de algo muy importante. Javier Hernández es un futbolística diferente, es un jugador que asume desafíos y los disfruta. Si el próximo reto lo tiene que cumplir con otro club, sin poner justificantes saldrá de nueva cuenta avante de toda situación.

Sería un duro golpe si la salida de Hernández se concretara por la contratación del internacional polaco Robert Lewandowski, sin embargo, no todo terminaría ahí. Para derribar el espíritu y hambre de triunfo de este juvenil azteca se necesitaría mucho más que un polaco, un inglés y un holandés juntos para derribar los sueños de éxito del delantero tapatío.

Javier Hernández ha demostrado en lo que va de su corta carrera la fuerza mental con la que está hecho. El "Chicharito" tiene un espíritu guerrero que muy pocos futbolistas pueden presumir. Fue creado con una estirpe que rara vez se ve en un futbol como el nuestro. Las carencias técnicas las minimiza con entrega, profesionalismo y pundonor.

Ya alguna vez nos mostró esa capacidad mental, aquella que lo levantó del duro golpe que indirectamente le ocasionó Jesús Ramírez al cortarlo del proceso final para formar parte de la Selección Mexicana que conquistó la Copa del Mundo en Perú 2005.

Javier Hernández estuvo presente en aquella gloriosa tarde en Perú, desde las gradas vivió la impotencia de no festejar el logro más grande de un combinado nacional –la Copa Confederaciones de 1999 no se compara con una Copa del Mundo-. Para sorpresa de todos, el nieto de Tomás Balcazar no se derrumbó, el trago amargo lo convirtió en uno de sus mejores aprendizajes, se prometió no perderse otro momento de gloria… Y así fue, con más trabajo, coraje y profesionalismo logró convertirse en pieza clave del chiverío, un indispensable dentro del cuadro del Rebaño.

Posteriormente, llegaría lo que a todos nos emocionó, su viaje a Europa para vestir la playera del United. Un jersey que no quisiéramos que soltara debido a la importancia mundial que tiene ese color, sin embargo, de algo debemos estar seguros, no todos los goles se dan en Old Trafford. México tiene un delantero de alta calidad en tierras europeas, la playera que viste en este momento es importante, pero no tanto como la mentalidad de la que está hecho este mexicano, sin ella, Javier Hernández nunca hubiera podido "saltar el charco".

Mientras el "Chicharito" siga teniendo hambre de triunfo, todos los retos que surjan en su carrera los librará como aquella tarde del 2005 en Perú, como la banca que comió en Sudáfrica 2012 por la necedad del "Vasco" de poner a Franco en su lugar y como en su momento lo fue Bervatov en su inicio con el Manchester United.

No pasa nada si Javier Hernández sale del ManU, él tiene controlada la situación.

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