México.- El gobierno del estado mexicano de Tamaulipas, fuertemente azotado por la violencia del narcotráfico, reforzó la seguridad en nueve municipios con mandos militares como titulares de las policías locales, informó hoy una fuente oficial.

Las conflictivas urbes de Reynosa, Nuevo Laredo, Matamoros y Río Bravo, en la frontera, la capital estatal Ciudad Victoria y El Mante en el interior, y las costeras Tampico, Madero y Altamira, todas puntos importantes del estado, fueron objeto del cambio.

El titular de Seguridad Pública estatal, que es también un militar, el general Ubaldo Ayala Tinoco, garantizó la seguridad en la franja, ya que los nuevos responsables volcarán en la tarea su formación y disciplina castrense.

En relación a la posible colaboración de policías con el crimen organizado, el general Ubaldo Ayala dijo que a éstos se les aplicará la ley "sin ningún miramiento y sin que nos tiemblen los pantalones", añadió.

Destacó que hay un interés por nombrar a otro militar en el municipio de Mier, que tomó notoriedad a finales del 2010, cuando cientos de familias huyeron de sus casas por la ola de violencia originada por los cárteles de la droga.

El militar señaló que está en estudio la disminución a la mitad del número de policías que custodian a funcionarios del gobierno de Tamaulipas, ya que dicho grupo, compuesto por unos cuatrocientos efectivos, absorbe a un 40% del total de agentes.

Una escolta de unas 10 personas por funcionario es suficiente, siempre y cuando estén capacitados. "Si no están adiestrados, pueden traer mil pero no le van a dar resultados", concluyó.

El estado tuvo en 2010 un año extremadamente violento, debido a la disputa por el territorio entre el cártel del Golfo, basado en la zona, y su antiguo brazo armado, el cártel de Los Zetas.

La contienda dejó varios miles de muertos -entre ellos un candidato a gobernador al que se daba por ganador en las encuestas- y un ambiente de terror entre la población.

Los militares ya han protagonizado iniciativas similares en otros puntos del país, debido a que forman parte de la estrategia federal de combate al narcotráfico. Se les presume más capacitados, mejor armados y menos infiltrados por el crimen que las policías locales.

Los agentes municipales o estatales, de escaso sueldo, han de acogerse frecuentemente en todo el país a la política de "plata o plomo" del narcotráfico: dejarse sobornar o ser asesinados.