San Diego

Cárteles de la droga dividen a Tijuana

Conforme se debilitan los Arellano, otras organizaciones delictivas tratan de ganar terreno

Tijuana -- La ciudad fue dividida en dos partes a consecuencia de dos cárteles del narcotráfico que además de su virulencia han expuesto un añejo problema social de la frontera.

Pero esta fragmentación pudiera ser mayor con el ingreso de otros grupos criminales que están aprovechando el debilitamiento que ha tenido en los últimos tres años el cártel que históricamente tenía el control de Tijuana, señalan especialistas.

Por una parte la zona este – la más rezagada en servicios públicos, donde se dio el boom de la industria maquiladora y el crecimiento poblacional asentándose ahí miles de migrantes de todo el país que buscaban mejores condiciones de vida – está controlada por el cártel de Sinaloa; mientras que el área oeste de la urbe aún es dominada por los Arellano.

Sin embargo autoridades estatales han detenido a miembros del cártel del estado de Michoacán, conocido como La Familia, que han utilizado la ruta de Tijuana para cruzar droga a Estados Unidos pagando "derecho de piso" aparentemente a los Arellano.

Especialistas se preguntan por cuánto tiempo estas relaciones o acuerdos – siempre débiles entre sus líderes – perdurarán.

Sobre todo tras las múltiples detenciones de bandas delincuenciales a su servicio, muchos de estos arrestos producto de delatores anónimos que han revelado traslados, cargamentos de droga y casas de seguridad, donde escondían a personas secuestradas y armamento.

Sólo en las últimas dos semanas la Secretaría de la Defensa Nacional y autoridades civiles del estado informaron el arresto en Tijuana de casi una decena de células criminales al servicio de estos tres cárteles.

En uno de estos operativos arrestaron a Rigoberto Andrade, apodado El Rigo, quien fue detenido el 9 de enero pasado y es señalado por el Ejército como operador de La Familia, hermano de Ignacio Andrade El Cenizo, lugarteniente de este cártel.

Mientras que el pasado 5 de enero, el Ejército y la Policía Municipal capturaron a Jesús Israel Cruz López El Tomate, líder de una célula criminal al servicio del cártel de Sinaloa quien había heredado el grupo dejado por Teodoro García Simental, tras el arresto de éste en enero de 2010.

El director del departamento de Estudios de Administración Pública del Colegio de la Frontera Norte, José María Ramos, explicó que diferentes grupos criminales están tratando de internarse en esta región para lograr un control del mercado de droga.

"Están aprovechando el debilitamiento del grupo criminal que tradicionalmente había tenido el control de este corredor (de la droga)", dijo Ramos.

El especialista agregó que pese a la importante labor que están haciendo las autoridades, sobre todo el Ejército Mexicano, mientras no se tenga una mayor colaboración de las autoridades de los Estados Unidos para reducir la demanda de droga, es decir, políticas públicas antidrogas eficaces, el problema fundamental seguirá.

Para el antropólogo social Víctor Clark, quien ha estudiado el fenómeno del narcotráfico en esta frontera por más de dos décadas, la presencia de varios cárteles en esta ciudad tiene sus antecedentes hace once años, aunque sobre todo se agravó en los últimos tres.

"El cártel de los Arellano, que tuvo su máximo esplendor en la década de los noventa, para el nuevo milenio comenzó a enfrentar dificultades, sobre todo el arresto de sus líderes históricos, la muerte de uno de ellos (Ramón Arellano), que provocaron síntomas de debilidad y una reducción de los territorios que controló por mucho tiempo", explicó Clark.

Al cártel de los Arellano se le conoció también como cártel del Pacífico, porque controlaba estados del Océano Pacífico, dijo. Hoy han reducido su actividad prácticamente a Tijuana, aunque aún tiene extensiones en los Estados Unidos y otros países, pero su base se ha reducido a Tijuana.

"La merma que ha tenido a lo largo de los años ha sido aprovechada por sus enemigos históricos, en este caso por el cártel de Sinaloa. Hoy éste tiene presencia importante en Baja California; controla la ruta de Mexicali y San Luis Río Colorado hacia Estados Unidos, incluso la zona este de Tijuana", dijo.

Según Clark, el cártel La Familia de Michoacán le paga derecho de piso aparentemente a los Arellano para usar su ruta para cruzar droga hasta los Estados Unidos. Éste cártel tiene una presencia minoritaria en Playas de Rosarito, básicamente para trasladar droga, pero la zona es de los Arellano.

La batalla entre el cártel de los Arellano y el cártel de Sinaloa generó sólo de 2008 a 2010 unas dos mil 325 muertes oficiales Tijuana, escenas de sadismo nunca antes vistas, además de 390 desapariciones.

Pero también dividió a la ciudad, pues la mayor parte de esta guerra intestina entre grupos del crimen organizado se dio en la zona este de la ciudad, donde está concentrada casi un millón de personas del millón 600 mil que habita Tijuana.

"Estos dos grupos criminales dividieron a la ciudad, se la distribuyeron", dijo Clark.

Sin embargo para el investigador social del Colef, José María Ramos, más que una división de la comunidad de esta urbe a consecuencia de la violencia, lo que se está exponiendo es un añejo problema social.

En la zona este de Tijuana se establecieron cientos de maquiladoras en medio del boom de las industrias al mismo tiempo que miles de migrantes llegaban en las décadas de los 1980´s y 1990´s a esta frontera en busca de empleos o con la pretensión de cruzar a los Estados Unidos. Muchos de ellos se quedaron a vivir en cerros, laderas y cañones de esa área que no contaban con servicios públicos ni escuelas cercanas.

Este panorama, dijo, ocasionó niveles de marginación que a su vez provocó condiciones propicias para que se diera una mayor incidencia delictiva, sobre todo entre jóvenes y adolescentes vinculados directa o indirectamente al narcomenudeo.

"Conforme la política pública no atienda esas situaciones con una política de fortalecimiento a la prevención y, sobre todo a programas preventivos, van a seguir generando la incidencia delictiva, ese círculo vicioso", dijo.

Varios gobiernos municipales y del estado han prometido realizar políticas públicas para cambiar la situación social del este de la ciudad, pero los programas preventivos o de educación han sido temporales, insuficientes o cambiados de un gobierno a otro.

Ante esta situación, organismos no gubernamentales están tomando la iniciativa con diversos proyectos culturales, artísticos, deportivos y sociales.

Como Tijuana, agregó Ramos, están Ciudad Juárez, Nuevo Laredo y Nogales, que también enfrentan el flagelo del narcotráfico.

Son ciudades que crecieron mucho en los últimos 15 años producto del boom de la industria maquiladora, pero que no generaron mejores condiciones socioeconómicas, especialmente para los estratos populares.

Omar.millan@sandiegored.com

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