Se terminó el suplicio. Este 2013 estará marcado como el peor ejercicio democrático en el estado que comenzó la alternancia política en 1989. Muy lejos queda la revolución cívica que despertó Ernesto Ruffo como candidato panista por la gubernatura del Estado. Los partidos y su nomenclatura han quedado desnudos ante una sociedad que demuestra que lo último que le interesa es asistir a las urnas. Sin embargo, con el raquítico porcentaje de votación emitido, los "resultados" quedan más o menos así:

Los que ganan

Kiko Vega con esta victoria extenderá a 30 años el dominio azul en el gobierno estatal. Lo relevante será ver cómo y con quienes integrará su gabinete, dado que en esta ocasión se integró una alianza con el PRD, y necesariamente tendrá que construir un gobierno de coalición. El Lic. Vega logra cerrar su ciclo político como Gobernador, por fin en la tercera fue la vencida. Esperemos que tenga la fuerza e inteligencia para gobernar bien, para hacer una limpieza en la casa y que no se transforme su gobierno en otros seis años para beneficiar a los panistas de estado. Urgen nuevas ideas y nuevas perspectivas. Esta victoria en la gubernatura es un verdadero tanque de oxígeno para Gustavo Madero y Jesús Zambrano, líderes nacionales de los partidos coaligados.

Con la derrota en Tijuana los militantes panistas podrán recuperar su partido, sobre todo de las manos de aquellos que controlan el padrón y que han estado definiendo las candidaturas los últimos 15 años. Aunque no lo parezca gana el PAN, dado que todos los "líderes" de los grupos ya han sido derrotados, es muy probable que sean desplazados por nuevos militantes; habrá que ver quien asume el liderazgo después de la renuncia de Kiki Méndez.

Ganan también espacio político personajes como Gastón Luken, quien seguramente piensa desde ahora en lo que viene. Ya ha dicho públicamente que desea formalizar su militancia a dicho partido. Deberá aplicarse a fondo para juntar en torno a sí las piezas que queden del PAN en Tijuana. Esto nos conduce a la reflexión sobre el papel de los partidos políticos y su futuro. No les quedará más remedio que ir disminuyendo sus nomenclaturas y abrir paso a ciudadanos con reconocimiento y prestigio social, sin importar su clase social. De lo contario, el abstencionismo seguirá reinando elección tras elección.

Por el PRI gana Jorge Hank y se consolida como factor de decisión político-electoral en Baja California con la victoria de Jorge Astiazarán. El Doctor se vuelve la cara amable del dueño del Hipódromo. Hank en buena medida debe la limpieza de su imagen pública a que las nuevas generaciones no tienen ningún referente sobre su pasado. Veremos qué tanto poder tiene en las decisiones del Doctor durante el próximo trienio en Tijuana y cómo será la relación con el gobernador Kiko Vega. Ojalá no suceda que el alcalde despacha en la Zona Río y el que manda ordena desde el Hipódromo. La otra interrogante es: ¿Cuánto le debe Kiko Vega al Ingeniero por la gubernatura y el voto cruzado en Tijuana? Muchos pensarán que el pago es la alcaldía. Veremos si es suficiente para Hank.

Con este resultado se mantiene el régimen de alternancia con un gobernador panista y un alcalde priista. Habría que preguntarse qué tanto el elector ha meditado la conveniencia de los gobiernos divididos. Mucho compromiso tienen de gobernar para todos y que no se lea esto como un recurso demagógica, sino para lograr que la ciudadanía vuelva a creer en sus gobiernos.

Los que pierden

Con esta derrota, Fernando Castro Trenti acumula la número 4, la pregunta será si continuará administrando las derrotas del PRI en Baja California. También tiene la opción de regresar a su diputación plurinominal. Pierde también Manlio Fabio Beltrones, sobre todo porque la candidatura de FCT fue una concesión del presidente Peña Nieto. Esta derrota debe ser una gran lección para el otro partidazo y reformarse en serio.

Mención aparte merece el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Baja California. Lejos, muy lejos están sus resultados de aquellos primeros institutos electorales de los años noventa. Su campaña de promoción del voto fue verdaderamente un desastre y un insulto a la inteligencia, tanto que hasta rebasó las campañas desconectadas de las coaliciones participantes. Si a eso sumamos su parcialidad y pasividad, más el hecho de que lo preside el hermano de un priista, queda un Instituto totalmente desacreditado ante la sociedad. Los 250 millones que costó organizar esta elección fueron literalmente a dar a la basura si vemos el porcentaje de participación electoral de alrededor del 40%.

Los que siempre ganan sin importar el resultado

Sin hacer campaña, sin mayor mérito que ser "operador" (a pesar de que ya han perdido todas las elecciones posibles), Jorge Ramos y Cuauhtémoc Cardona estarán en el Congreso del Estado "representando" a los bajacalifornianos. Ojalá sus aspiraciones terminen aquí y se dediquen a otra cosa. Ambos son un buen ejemplo de los parásitos que nuestro sistema político-electoral ha creado. En 20 años Jorge Ramos sólo ha ganado una elección y Cuauhtémoc Cardona ha ganado 2 en 25 años.

Nos vemos en 2019

Pueden ir anotando como precandidatos a Gobernador para el 2019 a Gastón Luken y Jorge Astiazarán. Gastón Luken tiene un capital político que debe acrecentar para estar en posición de lograr una candidatura por la alcaldía de Tijuana. Para ello debe tomar decisiones muy firmes y le tocará lidiar con quienes controlan el padrón panista en Tijuana, faltará ver qué opina el gobernador Vega de sus aspiraciones. Quizá le toque hacer labor como outsider. Por otra parte, el Dr. Astiazarán deberá realizar una gran labor como alcalde de la principal ciudad del estado, de eso dependerá conservar su reconocimiento social.

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