San Diego

Esterilizan a presas sin su consentimiento en California

El personal médico presionó a esas mujeres a someterse al procedimiento

SAN DIEGO .- Unas 150 mujeres, algunas de ellas hispanas, fueron esterilizadas sin su consentimiento mientras cumplían condenas en las cárceles de California entre 2006 y 2010, según un informe del Centro de Periodismo de Investigación (CIR, por su sigla en inglés).

El informe detalla que en ese periodo de tiempo a al menos 148 presas se les ligaron las trompas, lo que supone una violación de las leyes de prisión. Además, se cree que otro centenar de mujeres pudieron haber sido sometidas a ese mismo procedimiento durante la década de los 90.

Según testimonios de presas y defensores de los derechos de los detenidos, el personal médico presionó a esas mujeres a someterse al procedimiento.

Una de ellas es Christina Cordero, de 34 años de edad, que, según se relata en el informe, cuando cumplía un año de condena por robar un auto y al enterarse el doctor de que tenía cinco hijos y que daría a luz a otro en octubre de 2006, éste la presionó constantemente hasta hacerle una ligadura de trompas.

"Me hizo sentir como una mala madre si no lo hacía", aseguró esta hispana que lamenta haberle hecho caso.

Estos casos de esterilización forzosa de prisioneros, prohibida oficialmente en 1979, son similares a los que ocurrían de una forma mucho más común en California hace medio siglo, que, según el informe, se centraban en enfermos mentales y pobres.

Se calcula que entre 1909 y 1964 cerca de 20.000 personas en California fueron esterilizadas, llevando a algunos historiadores a considerarlo como un antecedente de las políticas implementadas por la Alemania nazi en los 30, indica el CIR en su informe.

En California la legislación federal y estatal prohíbe la esterilización de reos utilizando fondos federales con el ánimo de evitar que se pueda presionar a los reclusos para que acepten. Sin embargo, se permite si es médicamente necesaria y se puede pedir a la capital estatal que revise caso por caso.

Sin embargo, no se han presentado peticiones de este tipo ante el comité responsable de supervisar los costos y servicios médicos para la Corporación de la Administración del Cuidado de Salud de Prisiones en California, que supervisa las 33 prisiones estatales desde 2006.

La organización de defensa de derechos de prisioneros Justice Now indicó ante el Congreso estatal en marzo pasado que este programa de esterilización comenzó en 2006, luego de que la Comisión de Estrategias Responsables de Género del Departamento de Correcciones y Rehabilitación de California propusiera la esterilización de mujeres embarazadas en prisión inmediatamente después de dar a luz.

Según esta organización, se podía entender como iniciativa "médicamente necesaria" con la que se lograrían evadir las regulaciones que controlan el uso de fondos públicos para estos fines.

En su testimonio ante el congreso estatal, citaron el caso de una mujer hispana de cerca de treinta años que teme haber sido esterilizada cuando estaba sedada durante una operación de una hernia.

Según la mujer, el doctor le dijo que ya tenía 34 años y que ya tenía suficientes niños, por lo que debía ligarse las trompas. Hasta el momento no ha logrado que se le entregue su historial médico y no ha podido comprobar si efectivamente fue esterilizada.

De acuerdo con Justice Now, el que los doctores pidan en prisión durante o inmediatamente antes de un parto o cirugía consentimiento para un procedimiento altamente invasivo y permanente constituye una violación de derechos humanos y civiles.

"El estado civil de una persona que está en suspensión en prisión y la alta tensión involucrada en un parto hacen imposible que se obtenga un consentimiento informado voluntario", explicó.

Otro caso citado en el informe del CIR es el de Nikki Montaño, de 42 años, quien llegó a una prisión estatal en 2008 embarazada y luchando contra una adicción a las drogas, por una condena relacionada con los delitos de robo, falsificación y posesión de propiedad robada.

Montaño, madre de siete hijos, dijo que pese a que el personal médico nunca le dijo que necesitaba ligarse las trompas ni le informó de que se lo había hecho, la experiencia en su caso fue positiva.

Editorial@sandiegored.com

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