Los Ángeles, 19 ene (EFE).- El trabajo de Manny Marroquín se distingue en las canciones de consagrados artistas como Carlos Santana, Whitney Houston, Toni Braxton, Alicia Keys, Kanye West, Mariah Carey, John Mayer, Rihanna y Justin Bieber, que confían a este guatemalteco la mezcla de sus canciones.


Con apenas 39 años, desde hace más de una década, Marroquín es uno de los ingenieros de mezcla más reconocidos y solicitados dentro del competido mundo de la música anglosajona.


Tiene el honor de haber sido seleccionado por el Museo del Grammy, desde su apertura en 2008, para darle vida a la exposición interactiva que muestra al público cómo se mezcla una canción, una de las partes vitales para que un tema pueda convertirse en éxito.


Ha sido nominado al Grammy en más de 40 ocasiones, su primera estatuilla la ganó en el año 2000 por el mejor álbum de música gospel, "Thankful", de Mary Mary.


En 2004 obtuvo dos más por los álbumes del año, uno por el disco de Kanye West "College Dropout" y el de Alicia Keys' "Diary of Alicia Keys". El cuarto galardón llegó a sus manos en 2005 por su trabajo en el disco "Get Lifted", de John Legend.


"Para los Grammy de este año, - que se entregarán el próximo 13 de febrero-, tengo cuatro nominaciones, una en la categoría Grabación del Año con Cee Lo Green, otra como mejor ingeniero del año, por el disco de John Mayer, "Battle Studies", con Justin Bieber mejor disco pop y otra con Chris Brown para mejor album R&B", dijo Marroquín en entrevista con Efe.


Como la de muchos inmigrantes, la historia de éxito de Marroquín está basada en el trabajo duro, en un enfoque absoluto para alcanzar las metas y una dosis muy alta de pasión por lo que hace.


"Yo llegué a los EE.UU. cuando tenía 9 años, junto a mi madre y mi hermana, mi papá murió cuando mi mamá estaba embarazada de mí, vinimos huyendo de la guerra", relató.


"Mi mamá era enfermera en Guatemala y los rebeldes las estaban secuestrando para que atendieran a sus heridos, al principio fue un poco duro, pero mi madre se encargó de hacernos la transición lo más llevadera posible", añadió.


Su encuentro con la música sucedió en la infancia, su mamá canta y toca la guitarra. Manny, -cuyo verdadero nombre, Manolo, resultaba impronunciable para sus amigos de la escuela-, comenzó a tocar la batería cuando tenía 11 años.


Su talento lo llevó a ganarse un lugar en la prestigiosa escuela de música Alexander Hamilton de Los Ángeles, donde mientras estudiaba la secundaria aprendió teoría y solfeo, piano, percusión y comenzó a mezclar algunas canciones en el pequeño estudio de la escuela.


Cuando terminó la secundaria tenía varias becas para ir a la universidad, ganadas a fuerza de dedicación, sin embargo, su mentor David Sears, quien es el director senior del Programa de Educación de la Fundación Grammy, le recomendó que comenzara a trabajar en algún estudio de grabación, que esa sería su mejor escuela.


A la edad de 18 años logró su primer trabajo en un estudio, solo que éste consistía en preparar el café, sacar la basura, limpiar las ventanas y velar por el buen funcionamiento de la logística de servicio en el lugar.


"Pero yo estaba feliz porque estaba en un estudio grande, era el mejor sacando la basura, haciendo el café y el más curioso de los trabajadores para aprender sobre grabación y mezcla, me llevaba libros a la casa, siempre preguntaba, hasta que un día me dieron la oportunidad de preparar una de las sesiones de grabación y lo hice muy bien", relató Marroquín, quien desde hace 15 años mezcla un promedio de unas 300 canciones al año.


Este guatemalteco tiene su exclusiva sala de mezclas en Larrabee Studios, líder en la industria de la música de Los Ángeles por más de 40 años y que ha recibido a muchos de los principales artistas de ayer y de hoy como Prince, Michael Jackson, Dr. Dre, Mary J. Blige, Alicia Keys, Beyonce y Christina Aguilera, por nombrar algunos.


Larrabee es considerada una de las mejores instalaciones de grabación y mezcla en el mundo, desde hace 12 años Marroquín es socio minoritario de esta empresa que considera su hogar.


"Aquí paso horas y horas de mi vida, haciendo lo que me apasiona, creo que mi inocencia de muchacho me llevó a no creer cuando me decían que esta carrera no era para un hispano, yo sentía que sí era posible y humildemente agradezco a Dios y a la vida haberlo demostrado", sostuvo.


"Apenas estoy en el comienzo de mi camino, muy agradecido por todo lo logrado y con muchos sueños esperando convertirse en realidad", finalizó.