LONDRES-Tres mujeres vivieron como esclavas durante 30 años a manos de una pareja de adultos mayores en Londres, dentro de una casa descrita como completamente normal, siendo este uno de los peores casos recientes de tráfico humano.

[p]El nombre de la pareja, de 67 años de edad ambos, no se ha revelado y hoy viernes por la mañana salieron libres bajo caución, calidad que mantendrán hasta enero cuando tendrán que enfrentar a la corte.

Una de las mujeres nació en cautiverio, toda su vida ha sido esclava y vivió como servidumbre, junto con ella se encontraba una mujer de 57 años de edad originaria de Malasia y una señora de 69 años originaria de Irlanda. Sus nombres son desconocidos.

Según reportes de las autoridades policíacas, los plagiarios no son británicos, aunque su verdadera nacionalidad no ha sido revelada.

Estas tres mujeres tenían prohibido salir de la propiedad y jamás podían estar en el patio sin ser supervisadas.

La mujer de 57 años decidió hablar y pedir ayuda a una asociación que se dedica a ayudar a este tipo de víctimas, les conto todo y gracias a ellos, fueron rescatadas.

El 25 de octubre, la mujer irlandesa, quien nació en ese infierno, logró escapar, alertar a las autoridades y coordinadamente regresar a rescatar a la mujer de Malasia.

Casi un mes después de este rescate, la pareja fue arrestada, cuestionada y llevada ante un juez, quien les otorgó el beneficio de la fianza.

El motivo del tiempo de retraso entre el rescate y el arresto se presume que es por una investigación policiaca que aún continua, mientras que las autoridades piensan también que pueden ser parte de una red de trata de blancas. Se desconoce si hay alguien más involucrado en este caso.

Al ser entrevistadas, la más joven de las tres mujeres reveló que nunca había estado fuera de ese lugar, que nunca ha ido a la escuela y no conoce la libertad.

La trata de personas y la esclavitud son problemas reales hoy en día, tan solo el año pasado se rescataron más de 600 personas menores de 26 años alrededor del mundo que eran sujetas a estas prácticas inhumanas.

joy.ruvalcaba@sandiegored.com