TAILANDIA.- Kim Kardashian se debe a su cuerpo y lo sabe, pues una de las cosas que más le mortificaban sobre ser madre, era recuperar su curvada figura tras el nacimiento de su primer hija, la pequeña Nori.

Al revelar su regreso como sex symbol en una selfie donde posó en un atrevido traje de baño blanco, los seguidores de "Keeping Up with the Kardashian" quedaron impactados con la rápida transformación de la famosa, quien de un momento a otro volvió a dejarnos con el ojo cuadrado, pero en definitiva, nada como la sesión de fotos que se avecina.

Kim, de 33 años, posó en las playas de Tailandia para el lente de un fotógrafo que promete capturar la sesión más atrevida a la fecha de la famosa. Kardashian vistió un diminuto bikini en color "nude" estilo brasileño que además le permitió lucir su atributo más deseado (y sin decir cuál, seguramente ya se lo imaginaron.)

Sobre su trasero, se ha especulado mucho sobre la posibilidad de que este sea producto de implantes o inyecciones de grasa, ya que las Kardashian no están poco familiarizadas con las intervenciones quirúrgicas de fines estéticos.

A mediados de febrero, el diario británico Daily Mail reveló que un estudio de rayos X pulverizó la teoría de los implantes, sin embargo, una fuente aseguró que Kim sí había recurrido a la grasa de su estomago y muslos para lucir más voluminosa en el área de los glúteos, además de utilizar calzones con relleno, ocasionalmente.

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Elizabeth.rosales@sandiegored.com