También nos cuenta que el nombre de la marcha fue elegido como tal, en una resignificación simbólica de la palabra puta, un término despectivo que ha sido utilizado como instrumento de dominación para controlar el comportamiento sexual de la mujer.

La Marcha de las Putas no defiende únicamente a las víctimas de agresión sexual, sino al derecho de ejercer una libertad sexual tal como la que goza el género masculino.

En un artículo de la periodista Marta Lamas para la revista Proceso, ella distingue: "No es lo mismo que un hombre tenga una expresión sexual libre a que la tenga una mujer. Por eso la doble moral se expresa con ideas absolutamente machistas: "ella se lo buscó", "ella lo provocó con su forma de andar, de vestirse", "si fuera decente, se habría quedado en su casa"

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Habría que mencionar el comentario que detonó esta movilización -La Marcha de las Putas- pues de contenido similar, vino de un policía canadiense llamado Michael Sanguinetti mientras ofrecía una conferencia sobre seguridad en la Universidad de Toronto. Cuando surgió el tema sobre la prevención del abuso sexual declaró: "Me han dicho que no debería comentar esto, sin embargo, una mujer debería evitar vestirse como puta si no desea convertirse en víctima."

"Resignificando el insulto y reapropiando este discurso discriminatorio nos llamamos putas, porque putas somos todas, todas las personas que hemos sido víctimas de los abusos de poder, del control de los cuerpos, de la economía en detrimento de la calidad de vida […] si exigir nuestros derechos a la igualdad, a la no discriminación, a la autonomía, alto a la violencia y derechos de los cuerpos nos hace putas nosotras no somos putas, somos PUTISIMAS. Ser puta ha devenido en una mujer consiente y liberada." Comenta Nancy Bonillas al preguntarle ¿Qué es ser puta?.

Ahora bien, respondiendo al encabezado de este artículo ¿Por qué necesitamos eventos como La Marcha de las Putas? Nancy Bonillas respondió:

"¿Por qué no lo serían? Hay muchas personas que no conocemos todos nuestros derechos, esta marcha –por las notas en medios, los flyer, las redes sociales- difunde información de derechos que existen y son exigibles al Estado. También funcionan para intercambiar opiniones, crear contactos, buscar que más personas tengan acceso a la información. Para que muchas mujeres que no saben qué hacer o a dónde acudir en caso de violación estén enteradas y tengan planes de acción. Para decirle al Estado que les estamos viendo, que no quitamos los ojos de encima y sobretodo queremos ayudar para que se brinde la atención de calidad y calidez requerida, pues nunca está demás llamar a la plaza, pedir cuentas, ver resultados de mejora."

Durante el pasado mes de mayo, una campaña llamada #YesAllWomen que respondía a la misma lógica que la Marcha de las Putas, consiguió convertirse en un evento de relevancia mundial. En contra del sexismo y la misoginia, estos fueron algunos de los puntos que a mi consideración, coinciden con las razones del Slutwalk.

¿Por qué deberían importarnos estas movilizaciones?

- Porque se sigue culpando a las víctimas de violación. - Porque a las mujeres se les enseña a no vestir como putas en lugar de fomentar el respeto. - Porque la misoginia ha sido tan interiorizada que en ocasiones es difícil de identificar. - Porque hay mujeres que desacreditan la lucha. - Porque se siguen utilizando términos despectivos para dirigirse a las mujeres que ejercen la misma libertad sexual que los hombres. - Porque nuestros cuerpos son vistos como objetos.

Hombre o mujer, todos tenemos madres y tal vez hermanas, tal vez hijas. ¿Es o no importante continuar la lucha? Si deseas más información sobre La Marcha de las Putas en Tijuana, te invitamos a consultar su grupo de Facebook, haciendo click aquí.

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Elizabeth.rosales@sandiegored.com