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Reseña de "Volando Bajo"

Una cinta que prometió algo y nos dió otra cosa completamente

Mientras que la mayoría de los mexicanos utilizan a la selección de futbol como su manantial inagotable de falsas esperanzas y verdaderas desilusiones, yo prefiero optar por una fuente de autoflagelación menos común pero igualmente efectiva, entiéndase nuestra perpetuamente moribunda industria fílmica nacional. "Volando Bajo" (el más reciente filme del director Beto Gómez, conocido por "Salvando al Soldado Pérez";) viene a proponerse como una comedia ligera que sustenta su humor en parodiar/homenajear a la música y películas mexicanas que fueron populares en nuestro país en la década de los ochenta, prometiendo una mezcla entre los "Los Yonics" y los videohomes de "Los Hermanos Almada".

Lamentablemente, la realidad de esta cinta es otra muy distinta, pues su cuestionable trama no tiene idea de lo que quiere ser. Por un lado nos plantea como protagonistas a personajes cómicos que rayan en lo caricaturesco (lo cual en sí mismo no es necesariamente malo) y por el otro se desvive tratando de forzar una intrincada y poco convincente trama dramática que se termina por arruinar el potencial del concepto original.

Esto es el equivalente a colocar a personajes salidos de "Anchorman: The Legend of Ron Burgundy" dentro de conflictos mal plagiados de "The Wrestler". El resultado de este engrudo argumental es una aburridísima experiencia donde, excluyendo a los videoclips de los "Jilgueros de Rosarito" (que son lo mejor de toda la película y que bien vale la pena disfrutar aisladamente en youtube), la gran ausente es precisamente la comedia. Carente de toda simpatía, la película se va transformando de una fútil espera para que "empiece lo chistoso" a un doloroso ejercicio de resistencia en el que el único deseo del espectador es que todo acabe lo más pronto posible.

VIDEO: "Volando Bajo"

Mención "honorífica" al personaje de la reportera Natalie Johnson (interpretada por María Elisa Camargo) cuya presencia, coronada con una peluca más falsa que el tupé de Donald Trump, es utilizada como un amañado recurso narrativo al cual se decide en algún punto darle una historia, la cual, además de nunca lograr captar la atención favorablemente, termina por resolverse chapuceramente. Deben reconocerse como positivos un afortunado cameo (arruinado en los trailers), el soundtrack (muy divertido y recomendable) y el titánico esfuerzo que hace Rafael Inclán por darle peso a sus lastimeros diálogos y desangeladas escenas.

Lo más lamentable de esta cinta es el mensaje subyacente: "No importan cuan poco o mucho tengas, en donde, cuando o con quien te encuentres, siempre podrás encontrar una buena razón para estarte lamentando y sufrir", la cual siempre está presente en el cine mexicano. Se ha dicho que las obras artísticas representan la realidad cronológica y espacial de quien las concibe; en ese sentido, sólo espero que aquellos culpables de la existencia de esta película hayan encontrado su inspiración en un lugar muy muy lejano.

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jorge.guevara@sandiegored.com

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