SAN DIEGO.- Un convoy con alrededor de 140 inmigrantes indocumentados (la mayoría menores de edad de Centroamérica) no pudo llegar a una estación de la Patrulla Fronteriza ayer, para ser detenidos con mayor facilidad y así continuar con proceso de deportación—debido a que decenas de manifestantes anti-inmigrantes bloquearon el paso.

Todo pasó a unos kilómetros al norte de la ciudad de San Diego, en la ciudad de Murrieta, California. La crisis humanitaria en la frontera entre México y Estados Unidos, de niños huyendo solos desde Guatemala, El Salvador y Honduras, ya comienza a tener consecuencias políticas locales con esta protesta.

Los manifestantes, de un grupo anti-inmigración llamado "We the People Rising", gritaban "¡Nadie los quiere! ¡No son bienvenidos! ¡Regresen a casa!" Un manifestando también gritó, "¡Dense la vuelta y regresen!" y, con un español cortado, "¡Vamanos!".

Uno de los inclusive se burló del color de piel de un polícia que trataba de poner orden en la escena, acusándolo de ser el padre de uno de los niños indocumentados.

De 100 a 150 personas eran los que, de un lado de la calle, gritaban "¡No más impuestos, no más ilegales!" o "¡América ha sido invadida!". Del otro lado, comenzaron a llegar manifestantes pro-inmigrantes, incluyendo el famoso cantante México-americano, Lupillo Rivera:

Los inmigrantes no venían para quedarse en Murrieta. Como ya lo reportamos en nuestro artículo sobre "los mitos y verdades" de la crisis en la frontera, el gobierno federal se encuentra actualmente buscando oficinas, albergues o recintos en donde detener a los inmigrantes (adultos o menores) mientras que son procesados para determinar si se quedan en el país con algún familiar mientras se le concede algún estatus de refugiado o, si es regresado a su país.

Pero lo que no se puede hacer, es regresarlos inmediatamente. La ley federal establece que todos los niños migrantes detenidos por la Patrulla Fronteriza tendrán que ser sometidos a un proceso judicial para su deportación o determinar si califican como refugiados de sus propios países. Legalmente, las autoridades migratorias no pueden actuar más rápido o simplemente deportar a todos los niños.

KPBS publicó un comunicado de Enrique Morones, un conocido activista en la región a favor de los derechos de inmigrantes y director de Ángeles en la Frontera. "Lo que vimos hoy en Murrieta al llegar tres autobuses con niños y sus madres fue muy triste, y lo peor del Espíritu Americanos", dijo Morones. "Estos niños pudieron escuchar las burlas racistas, escuchar las pancartas golpeando el autobús y ver a los policías de la ciudad de Murrieta hacer nada", agregó.

No es la primera vez que entrar grupos de indocumentados de otros estados a San Diego. Desde la semana pasada han estado llegando a diferentes centros de detención para ser procesados y los indocumentados que no pudieron llegar ayer a Murieta fueron llevados a un centro el Chula Vista, sin incidente.

Hoy también llegó un grupo de otros 140 inmigrantes a El Cajón, acompañados por el Representante Juan Vargas, Demócrata que representa parte de la ciudad en el congreso federal. Afirmó en un comunicado que "a diferencia de las acciones que gran parte del público americano vio ayer en Murrieta, hoy, niños y familias transferidas a la Estación de Aduanas y Protección Fronteriza en El Centro vivieron una recepción diferente. Las autoridades federals pudieron hacer sus trabajos de manera pacífica y apropiada, y los aplaudo por su profesionalismo y compasión. Me reuní con ellos y oré con estos pequeños niños y sus familias y les aseguré que los Estados Unidos los tratará de manera justa y con dignidad."

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jose.sanchez@sandiegored.com