FORTALEZA.- Con goles de Thiago Silva y David Luiz, Brasil derrotó dos goles por uno a Colombia y consiguió su pase para enfrentar a Alemania en las semifinales de la Copa del Mundo.

El duelo comenzó con dominio total brasileño. La escuadra carioca no se guardó nada y fue con todo al frente a atacar el arco defendido por el guardameta David Ospina.

Thiago Silva se encargó de abrir el marcador al minuto 7´ cuando apareció totalmente solo en el segundo poste tras un tiro de esquina cobrado por Neymar. La pelota pasó por encima de todas y llegó franca para Silva, quien llegó de frente y sin marca para rematar con el muslo y simplemente empujar la redonda al fondo de la portería.

Tres minutos después llegó un remate de Juan Cuadrado que pasó apenas desviado de la meta de Julio César. Colombia intentaba respirar tras el asfixiante ataque brasileño del arranque del cotejo.

Así, el partido se convirtió en un ida y vuelta total. El proceso de elaboración de los mediocentros era totalmente ignorado. El ataque de ambas escuadras era siempre frontal, directo a buscar el arco, lo que convirtió el encuentro en un duelo espectacular, de mucho desgaste físico y despliegues de técnica individual.

Ospina volvió a salvar su arco en dos ocasiones, ahora de embates de Hulk. Brasil continuaba siendo más peligroso, aunque la posesión de la pelota se haya equilibrado. Los colombianos en algunas jugadas lucían desconcentrados.

Mientras Neymar recibía siempre de frente por el costado izquierdo en tres cuartos de campo y con camino libre para buscar el duelo uno contra uno ante la defensiva colombiana, la estrella cafetera, James Rodríguez, recibía casi siempre la pelota en el círculo central y con doble marca, obligándole a sacudirse de la presión brasileña para poder girar y servir adelante.

Colombia lograba llegar con claridad a campo rival en base a su juego de velocidad, pero sus faltas de concentración le costaron el no concluir jugadas que terminaban quedándose en simples intentos. El último toque costaba mucho a los pupilos de José Pékerman.

Arrancó la segunda mitad y continuó un partido largo para ambos equipos. Bastaba un pase largo para que Brasil encontrara a Neymar y éste encarara a un defensa partida de Colombia, que simplemente no encontraba cómo ubicarse.

Por su parte, los colombianos atacaban y todos sus embates eran frenados con faltas. Hasta el minuto 60´, los brasileños habían cometido 35 faltas sin recibir amonestación alguna. El cotejo era constantemente cortado por faltas.

Thiago Silva se ganó una tarjeta amarilla por cometer falta a Ospina en un despeje. El defensor del PSG se perdería el partido ante Alemania en caso de clasificar, por acumulación de tarjetas.

El duelo era un desastre, un desastre atractivo que aún no tenía claro nada para nadie. Ida y vuelta sin ton ni son hasta que apareció David Luiz en un tiro libre; el del Chelsea cobró magistralmente de pierna derecha y colocó el Brazuca en el ángulo del poste del portero. Celebración total en Fortaleza. Al 69´, Brasil 2-0 Colombia.

Cuando llegó el segundo gol de Brasil el partido se cerró. Colombia intentaba con más fuerza y coraje que nada, pero llegó una pena máxima que los metería de nuevo el partido.

Julio César derribó a Bacca dentro del área y James Rodríguez se encargó de canjear la falta por gol para así colocar a los suyos a un gol de la igualada al 79´. Había partido.

El cierre de partido fue totalmente de los colombianos. Sus embates eran bravos, constantes y generaban miedo en la defensiva carioca, que a base de empuje y sudor lograban controlar cada uno de los intentos de los de Pékerman.

Neymar abandonó el terreno de juego al 87´ tras recibir una falta de Zúñiga por detrás. El crack terminó sacudido y el cuerpo medido del scratch du oro decidió retirarle del campo.

Pékerman estaba desesperado y daba indicaciones a los suyos para buscar con todo la igualada. Mientras tanto, Brasil defendía con sus once hombres en propio campo. Últimos minutos de angustia, de lucha, de pelea.

Se agregaron cinco minutos en los que Colombia buscó pero no tuvo claridad. El gol de David Luiz fue decisivo, 2-0 el marcador final y Brasil cerraba su pase para enfrentar a Alemania en semifinales. Los cafeteros, mientras tanto, se despide del Mundial con la mejor participación de su historia.

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