Tijuana

¿A favor o en contra de los autos-chocolate?

El problema tiene varias cabezas por cortar

TIJUANA.- Esta semana comenzaron a observarse retenes del Servicio de Administración Tributaria (SAT), quien con apoyo de la policía municipal, ha estaba trabajando en encontrar a aquellos usuarios que tengan automóviles de situación irregular. Las quejas no se han hecho esperar e incluso los ciudadanos se han dado a la tarea de alertar mediante redes sociales las ubicaciones de los retenes para no caer presas de la práctica.

Los autos-chocolate son aquellos que llegan a la ciudad provenientes de Estados Unidos y no cumplen con el proceso debido de importación. En años recientes se han convertido en un gran problema ya que son responsables de gran parte de la contaminación en la ciudad, los dueños no pagan impuestos por ellos, y las condiciones en que se encuentran dañan las vialidades de la ciudad. Estos autos no suelen ser de modelo reciente y presentan fallas mecánicas que contribuyen a deteriorar la calidad del aire y el suelo, ademas de que suelen utilizar grandes cantidades de combustible.

¿Cómo nace el problema? Adquirir uno de estos vehículos es sencillo ya que son costos bajos (en comparación con los últimos modelos) y coinciden en que con la necesidad del usuario es lo que pueden pagar, de manera que la aparente solución se convierte en un problema mayor.

Desde la llegada de la gestión actual de gobiernos municipal y estatal se han visto campañas para reducir adeudos en el pago de servicios públicos ¿qué pasaría si en lugar de los retenes se creara una de estas campañas para regularizar la importación de vehículos? No se trata de que no les quiten los autos a los usuarios sino de regularizar la situación, pero aqui se encuentra otro problema : el costo de la importación de vehículos.

Si bien abundan los negocios que se dedican a importar vehículos, en años recientes los costos de importación han aumentado cerca del 150% esto sin considerar el pago de registro del vehículo ( o plagas), verificación vehicular y otros. ¿Cuántos ciudadanos cuentan con la capacidad de cubrir todos estos gastos? Cabe destacar también que la mayoría de quienes poseen autos-chocolate no tienen la posibilidad de asumir la responsabilidad en caso de un accidente, tanto en su persona, su vehículo o a un tercero.

La situación actual tambien ha llevado a varios a reconsiderar que tan bueno o no es tener un automóvil. Reducir el número de automóviles en la ciudad es una tarea titánica, el sentido comun dicta que a falta de auto la mejor opción es utilizar el transporte público, pero de nuevo, problema a la vista.

Para poder considerar que el usuario apueste por el transporte público, habría que ser más estrictos con los lineamientos que le rigen e incluso, crear una nueva organización para su funcionamiento. Lamentablemente Tijuana cuenta con uno de los sistemas de transporte públicos más caros y en malas condiciones a nivel nacional. Sería necesario entonces crear un órgano regulatorio y hacer una gran labor de limpieza, ya que es secreto a voces que la plaga de la corrupción ha invadido al gremio de transportistas.

El usuario necesitaría tarifas menores, vehículos en mejor estado, conductores capacitados, tan solo por mencionar algunos aspectos. Si se toma por ejemplo el costo de un boleto de metro en el Distrito Federal, con 5 pesos puede recorrerse toda la ciudad en un viaje único, transbordar las veces que sea necesario para cambiar de ruta y todo por el mismo costo.

¿Cuánto valdría realizar un viaje similar en Tijuana? Los camiones cobran 11 pesos por viaje, taxis de ruta (colectivos) 12 pesos y en el mayor de los casos utilizar solo un vehículo para llegar al destino deseado no es suficiente. ¿Y los conductores? Tanto quienes utilizan el transporte público, como los automovilistas han observado la competencia por llegar a las paradas y subir pasaje ¿Qué pasaría si los conductores además de respetar los reglamentos tuvieran un salario fijo que no se base en la cantidad de personas que atienen por día?

Otras ciudades también han empleado las ciclovías como estrategia de transporte, usar la bicicleta no contamina y a la par, es buen ejercicio, pero Tijuana no cuenta con carriles de bicicleta en sus calles.

Por ahora continúan las alertas sobre los retenes del SAT y tanto gobierno como ciudadanos buscan solución a la gran problemática. ¿Cuál ha sido su experiencia con los autos chocolate y el transporte público?

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Brenda.Colon@sandiegored.com

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