Tijuana.- Sin padres y sin un familiar que calmara la angustia que revolvía sus estómagos, solos mil 858 niños fueron repatriados por Tijuana en los últimos trece meses, 20 por ciento menos que en 2009, según el Instituto Nacional de Migración.

Los viajes que emprendieron estos menores los motivó principalmente la búsqueda de reencontrarse con su familia y, en segundo término, conseguir un empleo, dijo la cónsul de México en San Diego, Remedios Gómez Arnau. Pero en el curso de conseguir ese anhelo se enfrentaron a vejaciones que difícilmente olvidarán.

El drama y el perfil de los menores que migran ilegalmente a Estados Unidos y luego son deportados por esta frontera fueron expuestos por distintas autoridades gubernamentales y civiles durante la apertura el jueves de un albergue temporal para niños migrantes repatriados no acompañados de algún familiar, el primero de su tipo en el país.

El refugio, una casa amarilla con vistas azules con capacidad para 35 niños ubicada en la tercera etapa del Río Tijuana, al este de la ciudad, fue inaugurado el jueves por la esposa del presidente de México, Margarita Zavala.

Antonio Valladolid, delegado en Baja California del Instituto Nacional de Migración, explicó que el año pasado 186 mil connacionales fueron repatriados por Baja California, 133 mil de ellos por Tijuana, la ciudad que más recibe deportados de todo el país; tres mil 649 eran niños, pero mil 594 venían solos, sin padres o alguien que se hiciera cargo de ellos.

Durante enero tuvieron 11 mil mexicanos repatriados, 264 de ellos eran menores que llegaron sin padres ni familiares, dijo Valladolid.

Según la cónsul Gómez Arnau, más de la mitad de los menores migrantes deciden cruzar solos a Estados Unidos o bien lo hacen acompañados de otros menores. Las tres cuartas partes son varones, más de la mitad ha estudiado la secundaria y el 16 por ciento la preparatoria.

Sus lugares de origen son prácticamente de todo el país: el 85 por ciento son del interior y 15 por ciento de estados fronterizos, señaló la funcionaria.

Desde su creación en 1997, el módulo en San Ysidro del consulado de México ha atendido a 47 mil 385 menores mexicanos no acompañados de sus padres.

Para Margarita Zavala, quien también es la presidenta nacional de Desarrollo Integral Familiar, la historia de los niños migrantes no se reduce a la simplicidad de un familiar entregando a su pariente menor de edad a un pollero para que lo cruce a Estados Unidos.

Es algo más complejo, dijo Zavala. Involucra a niños criados por sus abuelos, que vieron que sus padres se fueron a Norteamérica y que éstos los presionan para que los alcancen allá. Alguien se acerca a los abuelos diciéndoles que se encargará de llevar a los niños con sus padres.

"¿Qué hacen? Si los padres les dicen que los mande a como dé lugar y el niño, además, crece con la idea de migrar porque sus padres y tíos también lo han hecho, él vive con esa idea", agregó la primera dama.

En distintos foros y reuniones sobre el tema de migración, señaló Zavala, ha visto como los niños testifican cosas inimaginables, desde subirse a un tren, pasar torturas y vejaciones, hasta encontrarse con el crimen organizado y pasar muchas angustias.

"(Por eso) Lo que tenemos que hacer con cada uno de esos niños y niñas es que esa llegada a México sea el inicio de un camino lleno de posibilidades, donde pueda escoger la felicidad y la libertad para seguir desarrollándose", dijo Zavala.

De ahí la creación de este albergue temporal especializado en niños migrantes repatriados, donde se canalizarán a menores de 13 años, que implementará un modelo de atención de calidez y calidad a todos los menores, afirmó el Gobierno del Estado, que se encargará del lugar.

Antes el Instituto Nacional de Migración los canalizaba a una de las 54 casas hogar en Tijuana y Mexicali de Desarrollo Integral Familiar del Estado, donde también se encuentran huérfanos y niños separados de hogares desintegrados y padres adictos.

"Este albergue es un salto enorme para apoyar a los niños migrantes, aunque ya había el módulo de atención, con esta área se está extendiendo la capacidad para atender a estos niños y habrá más agilidad para reincorporarlos de nuevo con sus familias", dijo Mary Galván, trabajadora social desde hace 14 años de la casa Madre Assunta, que atiende a niños migrantes acompañados de sus madres.