Música

Fans de Galatzia "jarcorearon" dos noches en Tijuana

Se presentó el pasado viernes y sábado en Black Box

TIJUANA.-"Ayer y antier vi 'vines' de Galatzia para prepararme para el concierto" comentó un muchacho a mis espaldas. Escuché curiosa mientras veía como poco a poco se llenaba el espacio de Black Box. Era la noche del viernes, 24 de octubre, la primera de dos fechas que Galatzia, hija del dios Prepuciux , había logrado vender en su totalidad. Dos noches, ambas "Sold Out".

El flyer del evento marcaba que la presentación de Galatzia era también una fiesta por Halloween, aunque pocos fueron los que asistieron disfrazados. Vi a lo mucho 3 disfraces completos, y decenas de pelucas rosas en gente que utilizaba lentes para protegerse del sol dentro del ya oscuro Black Box, replicando al personaje de Cid Vela.

A diferencia de otros eventos a los que he acudido en dicho recinto, el público no parecía encajar en ningún estereotipo. Había gente de todos las edades y gustos. Ni rockeros ni fresas, solo gente que deseaba conocer a la estrella del momento en internet y escuchar las miles de cosas que "le cagan" de la vida.

El Muertho. Fotografía de: Alain González.
El Muertho. Fotografía de: Alain González.

El primero en salir al escenario fue El Muertho Tj, un personaje que en varias ocasiones he visto tocar en la Plaza Santa Cecilia, en los pasajes de la avenida Revolución y en el Zacasonapan e incluso en algunos sobrerruedas. Recientemente estuvo en la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) con motivo del 2 de octubre. Un personaje tan popular en las calles céntricas de la ciudad, como la "Maguana".

Aunque para mi resultaba muy familiar el sonido de su teclado casio y verle la cara pintada de blanco y negro, los rostros (y algunos comentarios) de los presentes en el show de Galatzia me hicieron pensar que el Muertho era novedad para muchos, y aunque renuentes al inicio, terminaron amando su participación y pidiendo que regresara para interpretar más canciones sobre mujeres satánicas y sexo premarital.

El Muertho Tj. Fotografía de: Alain González.
El Muertho Tj. Fotografía de: Alain González.

Poco después de haber abandonado el escenario, éste se llenó con payasos siniestros, zombies y niñas ensangrentadas. Eran actores del Panic Room, la casa de terror ubicada entre 3ra y 4ta. Aparecieron para organizar una dinámica en la que regalarían boletos, y así nos entretuvieron un rato hasta que apareció el siguiente número, el último antes de ver a la pelirrosa del planeta Escrotox.

Zonorritmicos. Fotografía de: Alain González.
Zonorritmicos. Fotografía de: Alain González.

De los Zonorritmicos, otra banda invitada, no conocía nada. De hecho fue poco lo que encontré en internet. El nombre de por si es llamativo, pero al verlos mi atención aumentó súbitamente.

Hombres con pantalones de tela spandex, cada uno vistiendo un color distinto. Con pelucas y bandanas que combinaban sus atuendos y glowsticks pegados en el cuerpo e instrumentos musicales. Parecían vestir disfraces improvisados de superhéroes que trataron de cambiar su profesión a músicos de glam rock en los 80. Extraño, pero gracioso de ver.

Se presentaron como la banda más divertida y "chipocluda" de todos los tiempos. Debo aceptar que estoy de acuerdo con esa descripción. A la gente le encanta tirar relajo y los Zonorritmicos tenían la dosis adecuada. Tocaron justo el tiempo necesario para entretener y no saturarnos de su propuesta ocurrente, con música sencilla, rítmica y contagiosa sobre temas al azar.

Interpretaron un cover también, "héroes" de David Bowie, aunque en español con un tempo más acelerado y golpeado que el original.

Ya no quedaba más por esperar. Tras los Zonorritmicos solo faltaba el gran número final, y pasó poco antes de verlo en acción. Las luces se apagaron y los gritos se encendieron. Subieron primero los músicos; el guitarrista caracterizado como Chewbacca de Star Wars; la tecladista con peluca azul y el baterista como un ojo gigante. De pronto, Galatzia, con un vaso de cerveza en una mano y "un shingo de perico" en la otra, invitándonos a jarcorear.

Fotografía de: Alain González.
Fotografía de: Alain González.

Abrió precisamente con esa canción, "Jarcorear", y todos en Black Box comenzaron a brincar. El piso temblaba y parecía que en cualquier momento nos íbamos a hundir. Vibraba, entre saltos y risas detonadas con cada comentario de la "diosa" Galatzia.

"Mi Cuerpo es Touchscreen" llegó acompañada por una supuesta anécdota de la pelirrosa con Steve Jobs, el fallecido fundador de Apple. Y así, repitió con cada canción. Contando una historia sobre cómo escribió cada uno de sus temas popularizados en Youtube. "Las mil y una noshes", "A todo le ponen impuestos", "Me enamoré de un avatar", "La Chica Photoshop", "Sexo y Alcohol" y "Soy un vampiro".

Fotografía de: Alain González.
Fotografía de: Alain González.

Por supuesto, no podía faltar su éxito más grande "Tashas y perico" y fue precisamente éste el tema con el que cerró luego de varias olas que exigían un 'encore'. Los pisos, repletos de botellas vacías de cerveza, restos de brillantina y glowsticks maltratados, comenzaron a verse mientras el público salia por las puertas.

El espectáculo se había terminado pero la experiencia quedó guardada en cientos de videos y fotografías que siguen circulando en redes sociales como registro de la primer visita que hizo Cid Vela como Galatzia a la ciudad de Tijuana.

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Elizabeth.rosales@sandiegored.com

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