MÉXICO.- A raíz del escándalo asociado con la mansión de Angélica Rivera, muchos funcionarios de cargos importantes comenzaron a ser investigados por varios medios de comunicación para descubrir los inmuebles que poseen y el valor de los mismos.

Como ejemplo, una semana atrás se descubrió un nuevo nexo entre Grupo Higa y Enrique Peña Nieto al revelarse que el Ministro de Finanzas, Luis Videgaray, era el dueño de una casa en Malinalco, Estado de México, que pagó con crédito de la misma constructora involucrada en la llamada Casa Blanca mexicana. El presunto tráfico de influencias volvió a sonar.

Sin embargo, éste no es el único caso de irregularidades y síntomas de corrupción entre miembros del círculo más allegado a la silla presidencial. Comenzando por Enrique Peña Nieto, en un ejemplo -preocupante- de austeridad, compró una casa de 560 metros cuadrados por sólo $13 dólares en el año 1982, una suma que hoy equivaldría a $39 dólares tras realizar el ajuste del monto por inflación.

La versión digital de El Economista publicó esta historia junto con otros ejemplos de los bienes en el poder de los servidores públicos. El titular de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Enrique Ochoa, como dueño de una flota de taxis, un porsche modelo 2008 (que ya vendió) y una pintura de gran valor titulada "Tres Fridas".

Según la misma fuente, Jesús Murillo Karam, como Procurador General de la República, no accedió a participar en este ejercicio de transparencia.

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