Tijuana

La ciclovía: Obras (absurdas) por Tijuana

Se invirtió un recurso que si bien salió de la "Federación", prácticamente se tiró a la basura

Una vez más queda demostrado que esta ciudad es gobernada para la Zona Río y sus zonas aledañas, para el contentillo de unos cuantos y a base de ocurrencias con costo al erario público que todos pagamos. La más reciente de las "Obras por Tijuana" impulsadas por el Doctor Jorge Astiazarán se vino abajo en unos cuantos días. Resulta que como se gobierna para tener una "Tijuana bonita", tal como sostiene el alcalde, se construyó en días recientes una serie de bloques por la Zona del Río para instalar ahí una ciclovía, la cual seguramente era muy necesaria para reconfigurar toooda la ciudad y para satisfacer a los hipsters. Bueno, pues a algún genio en el Ayuntamiento se le ocurrió que era una grandiosa idea instalar dicha "ciclovía". Sin embargo, antes de avanzar en el tema, detengámonos un poco a reflexionar el asunto y hacer un ejercicio de recordar la historia urbana de esta ciudad.

"¿Dónde es Tijuana?"

Por allá a mediados de los setenta, nuestra ciudad era una mancha urbana habitada por algo así como 400,000 habitantes, y si uno se va a la prensa de la época se va a encontrar una especie de ciudad mediana con problemas de una gran ciudad. Con todo y el empuje económico que siempre ha caracterizado a Tijuana, su desarrollo y crecimiento estaban detenidos por la falta de agua. A instancias y empeño del Gobernador Milton Castellanos se iniciaron las obras del Acueducto Río Colorado Tijuana y la canalización del Río Tijuana. Fue a mediados de los ochenta que la obra del acueducto se terminó en gran parte y de ahí entre los Gobernadores Xicoténcatl Leyva Mortera y Ernesto Ruffo Appel, nuestra ciudad contó con agua. Estas dos obras le cambiaron la cara a Tijuana porque sin lugar a dudas, fueron una cirugía mayor en términos de planeación y desarrollo urbano.

El boom tijuanense

Con la introducción del agua potable a través de la red hidráulica, a inicios de los noventa el gobierno estatal pudo darle viabilidad a la ciudad. En consecuencia, una vez que se contaba con agua los 365 días del año, la ciudad aumentó su atractivo para la inversión, la llegada de nuevas empresas y, por supuesto, el boom inmobiliario. Ahí están el interminable número de fraccionamientos de interés popular, medio y alto que se han construido a lo largo y ancho del municipio. Después de todo, ya no éramos un pueblo desértico y polvoriento, estábamos en vías de transformarnos en una de las 5 ciudades más importantes del país y, por si fuera poco, ahora sí podíamos explotar nuestra condición fronteriza cuando se puso en marcha el Tratado de Libre Comercio. Hacia 1992, el ex alcalde Héctor Osuna, arquitecto de formación, impulsó una cantidad de obras de urbanización importantes dentro de una política pública que denominó en su gobierno como Plan de Activación Urbana. Si, por ejemplo, usted transita por el bulevar Agua Caliente el concreto sobre el cual maneja su vehículo fue puesto durante su administración. Si seguimos haciendo las cuentas, Osuna Millán fue el último alcalde que construyó bulevares para transitar por la ciudad. Luego vino Jesús González que construyó un puente en Otay y después Jorge Hank el paso a desnivel en la calle Alba Roja, y que se supone vendría a descongestionar el área de la 5 y 10. Y seguro saldrán los porristas de Jorge Ramos a leernos la cartilla, pero no nos equivoquemos, él no construyó nuevas calles, únicamente dio un mantenimiento mayor bulevares ya existentes. En realidad, las obras de pavimentación de las calles menores de los barrios de nuestra ciudad terminan siendo pagados por los propios vecinos en obras de autogestión, en la gran mayoría de los casos. Y en esas transitamos usted y yo todos los días.

"Somos una ciudad cosmopolita, debemos tener una ciclovía"

Y no se trata de que no se instalen espacios urbanos para que la gente tome su bicicleta y salga a las calles. El problema es cómo se diseñan estas ideas, ¿por qué solamente en la Zona del Río? Si se quiere fomentar el deporte, entonces este tipo de obras deben llevarse a toda la ciudad y no sólo para disfrute de unos cuantos que quieren pensar que vivir en Tijuana es "chic". En todo caso, no sólo debemos promover el ciclismo sino una política pública integral que permita impulsar una óptima cultura física y del deporte para todos los tijuanenses, y no sólo para que la Zona Río sea "hipster". Por otra parte, este tema también da pie para otra reflexión en torno a la educación vial y el congestionamiento por el desastre urbano en que estamos metidos. Medite usted un poco y se dará cuenta que cualquier tramo dentro de la ciudad ya implica al menos 25 minutos. Es obvio que ahora que somos más habitantes y más carros las "horas pico" si no son embotellamientos, cuando menos generan retrasos considerables en los traslados. No sólo es la Zona Río, el bulevar Agua Caliente, también es la 5 y 10, la baja de la Central Camionera, el bulevar Cucapáh, el bulevar Insurgentes y así hasta llegar a la esquina de la ciudad. El problema de movilidad en la ciudad está en situación grave porque el sistema de transporte colectivo no incentiva a dejar nuestros vehículos en casa, calafieros, camioneros y taxistas hacen lo que quieren por la ciudad, hacen parada donde les pedimos, corren a alta velocidad por las calles, y un sin fin de desmanes sin que la autoridad correspondiente haga absolutamente nada. Además de que usted mientras conduce no respeta los altos y se pasa los semáforos.

"Es que queremos andar en bicicleta"

No estoy en contra de los ciclistas ni de que se transite la ciudad en bicicletas. Al contrario, es una gran razón para disminuir la contaminación, para hacer ejercicio y mantenernos saludables. El problema es que nuestra ciudad no está diseñada para simplemente un día por ocurrencias ponerle ciclo vías por todas partes. Se requiere de implementar –e imponer- una cultura vial entre los tijuanenses, donde vehículos y ciclistas giren en torno a la movilidad de los individuos de a pie. Así pues, la ciclo vía que duró apenas unos días en su primera fase es un rotundo fracaso, contribuyó sólo a congestionar más uno de los cuadros más transitados de la ciudad y a que la administración municipal haga el ridículo al tener que retirar los bloques en el Paseo de los Héroes. Lo grave del asunto es que la gestión de recursos se hizo, se invirtió un recurso que si bien salió de la "Federación", prácticamente se tiró a la basura y que pagamos todos de nuestra bolsa. Esta es una muestra más de que esta ciudad se gobierna mal y de malas…¿o era bien y de buenas?

Publicación original de nuestros amigos en binomio(1+4).

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