Un grupo que se dedica a la crianza y tráfico de gallos de pelea fue desmantelado por agentes del Departamento de Control de Animales del condado de San Diego.

Las autoridades descubrieron por casualidad la granja clandestina donde se encontraron 400 aves.

Un funcionario del Departamento de Control de Animales estaba persiguiendo a un perro que andaba suelto en una zona localizada al este del condado.

Cuando el agente Joni Palumbo se acercó al perr que perseguía, se percató de la presencia de cinco hombres y dos gallos de pelea arriba de un cuadrilátero en donde se llevan a cabo este tipo de eventos.

Los individuos y las aves fueron descubiertos en el área de Glen Road.

Palumbo informó de los hechos a su agencia que de inmediato montó un operativo para detener la pelea de gallos que se estaba efectuando.

Dos de los hombres detenidos se identificaron como dueños de las aves y los otros tres eran espectadores.

Uno de los dueños de los gallos de pelea confesó que muchas de las aves eran entrenadas y enviadas a Filipinas.

Durante el operativo las autoridades encontraron a 400 gallos de pelea, los cuales fueron incautados por el Departamento de Control de Animales.

Las peleas de gallos están prohibidas por la ley del condado de San Diego.