Matheryn Naovaratpong era una niña de Tailandia que murió el 8 de enero de este año a causa de un extraño tipo de cáncer. Después de una larga batalla contra la enfermedad, sus padres decidieron removerla de las máquinas que la mantenían con vida - y congelarla. Esto con el fin de algún día utilizar su cadáver para investigación, o resucitarla si los avances de la ciencia lo permiten.

Arcor, una compañía de Arizona, se encargará de mantener su cuerpo y cerebro a una temperatura de -196C. 770 dólares al año es el precio de este procedimiento, con un cargo de 80,000 mil dólares extra por separar las dos partes. Sin embargo, el plan fue premeditada, ya que justo en el momento de su fallecimiento (a las 6:18 p.m.) uno de los doctores de la empresa comenzó con el proceso.

Después de administrarle más de una docena de medicamentos, drenar su sangre y llenar su venas con una especie de anti-freeze, se le cubrió con una capa de hielo y una máquina de soporte reinició su corazón y pulmones. Su cerebro se encuentra en un contenedor al vacío, lleno de nitrógeno líquido.

¿Será esta la primera persona en volver de la muerte? Sus padres mantienen la esperanza: "esta es otra bendición para nuestra familia, ya que sabemos que está viva a pesar de que estemos separados."

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